martes, 29 de noviembre de 2011

Contra los tiempos (post)modernos.

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En medio de la locura en que los tiempos modernos han hundido cualquier atisbo de esperanza, pocos son los individuos que se resisten, como los imprescindibles de Brecht, a abandonarse a la apatía y la resignación.

El proceso de depresión moral en que nos hayamos sumidos nos retrotrae a etapas oscuras de la humanidad que hace pocos años creíamos enterradas para siempre, y aun así, sin embargo, tenemos la impresión de estar peor que entonces, peor que nunca, al menos en el terreno intelectual. Muertos los dioses y las ideologías, con la integridad, la empatía y la ética en números rojos, ya no hay mitos, valores o principios que guíen nuestros pasos hacia ninguna parte. El mundo hoy más que nunca está patas arriba, aun cuando ya parecía estarlo hace tiempo.

Y con esta situación, de repente y sin aviso, nos encontramos una cita de una heroína del capitalismo, una adalid del liberalismo, del minarquismo y del egoísmo individual radical: Ayn Rand. Y leyendo la cita, casi sin querer, nos vemos reflejados en ella, nos creemos identificados, si quiera por unos instantes, con su autora y lo que ella pregona. Maldita posmodernidad en que nada es lo que fue ni lo que decía ser.

"Cuando advierta que para producir necesita obtener autorización de quienes no producen nada; cuando compruebe que el dinero fluye hacia quienes trafican no bienes, sino favores; cuando perciba que muchos se hacen ricos por el soborno y por influencias más que por el trabajo, y que las leyes no lo protegen contra ellos sino, por el contrario, son ellos los que están protegidos contra usted; cuando repare que la corrupción es recompensada y la honradez se convierte en un autosacrificio, entonces podrá afirmar, sin temor a equivocarse, que su sociedad está condenada."  

Ayn Rand,1950

lunes, 28 de noviembre de 2011

Nigel Farage, un eurodiputado de derechas que dice verdades como puños.

Hacía tiempo que no actualizaba este blog. Y no tenía intención de hacerlo todavía hasta que ví este vídeo. Se trata de la intervención hace escasos días en el Parlamento Europeo de Nigel Farage, miembro del derechista y liberal Partido por la Independencia del Reino Unido, y que a día de hoy parece ser una de esas extrañas excepciones entre las figuras políticas que se toman en serio su papel en el entramado del gran Teatro de la Unión Europea (recordemos otros grandes discursos como el de Cohn-Bendit de hace un tiempo).

No es la primera vez que Farage aprovecha su turno de palabra para lanzar verdades como puños que consiguen sonrojar a algunos de sus colegas parlamentarios. Esperemos que no sea la última y que su ejemplo (el de su lealtad a la verdad, no el de sus principios ideológicos) cunda algún día entre la clase política de Europa y del mundo.