miércoles, 16 de agosto de 2006

El Futuro

Rosa Regàs
LaRepública


Siempre nos hablan del futuro como si fuera garantía de honestidad y de cumplimiento de los deberes que una empresa o una institución nos ofrece y como si ya tuvieran solucionado el presente.
Son las religiones las que más trabajan por el futuro, son ellas las que nos prometen un futuro de felicidad o espanto según se adecue nuestro comportamiento al que, en nombre de Dios, nos dicen que es el correcto. Un futuro sin garantía para el que previamente se exige una virtud fundamental, la fe. Así, esgrimiendo el futuro del que nadie ha vuelto jamás para contárnoslo, se justifican las creencias a las que hay que acatar y obedecer. Sin riesgo, pues.
También las empresas de servicios utilizan el futuro. Los bancos, ¿no lo sabía usted?, trabajan por nuestro futuro con el dinero que en el presente nos exigen para cualquier servicio. Hace un par de días, por ejemplo, quise sacar doscientos euros de un banco que no era el mío y la pantalla me comunicó que la comisión era de ocho euros. Una usura, como todo el mundo sabe, una usura que no está castigada ni por la iglesia ni por el gobierno. Y pretenden que con este presente de usura, y con otros no tan de usura pero sí con unos precios por los servicios que consiguen los beneficios más exorbitantes de todos los tiempos, los bancos nos dicen que trabajan por nuestro futuro. ¿El de quien? ¿El suyo, el de nuestros hijos? ¿Tal vez cobrándonos una comisión de usura les ahorramos a nuestros hijos otro tanto? No especifican.
No hablemos ya de las compañías de seguros que llenan de letra pequeña interpretable de muchas maneras por sus misteriosos abogados, unos contratos en el presente que, al decir de sus eslóganes, trabaja en la sombra para nuestro futuro.
Y ¿qué decir de RENFE que tiene la osadía de prometernos un futuro impecable mientras sigue manteniendo horarios, tiempos e instalaciones que llenarían de vergüenza a la propia Ghana? Doce horas desde Madrid a Girona por dar un ejemplo, ausencia de trenes de cercanía por la noche, retrasos injustificados y frecuentes... O el Famoso AVE de Madrid a Barcelona que aparte de tener socavones lleva ya años de retraso.
¿Porque nos hablan del futuro si no tenemos solucionado el presente? ¿De qué futuro hablan? ¿Qué nos importa el futuro si el presente está descalabrado? ¿Acaso hay otra forma de mejorar el futuro si no se mejora el presente? El futuro es un premio que nos prometen que, como no lo conocen ni especifican, no les supone ningún riesgo. Éste es el truco.

sábado, 5 de agosto de 2006

Fragilidad

Fragilidad del silencio, fragilidad de la calma, fragilidad de la vida, fragilidad del amor, de la memoria, de la fe, del contrato de trabajo, de nuestra voz... todo es frágil, dotado de una extrema debilidad que en cualquier momento nos puede dejar solos. Y sin embargo nos esforzamos en crearnos una ficticia seguridad mental. Para no volvernos locos, para tener valor de enfrentarnos a la incertidumbre.


Otras cosas no son tan frágiles: el miedo, el rugido de los cañones, la oscuridad, el ruido, el temor a estar sin ti, las fronteras de acero para hombres y de humo para el capital, la rutina... tantas cosas.

Yo soy frágil como un cristal si el recuerdo se va y ya no ríe conmigo. Necesito pensar que quizá no sea tan frágil tu costumbre de amarme, mi fe, tu voz y tu memoria, quizá no sea indestructible el trueno del fusil, tanto dolor, la burbuja que encierra este grito y este temor, a saberme perdido, a perderte y perder la razón.

La Inconstitución Española

La constitución española presenta elementos varios que deberían ser corregidos o, al menos, actualizados. En la constitución española no se concreta la forma de Estado que adopta España en lo que respecta a las Comunidades Autónomas. Ello podría verse en un primer momento como una forma de flexibilizar un proceso que no estaba claro en el lustro 1975 -1980, pero lo que sí está claro es que, al no establecerse unas pautas-guía para liderar dicho proceso, se da paso a que se abran avivados debates que ponen nerviosos a unos y a otros, como podemos ver desde que salió a la palestra el estatuto catalán que ha dado lugar incluso a la elaboración de un informe por parte del CGPJ saliéndose de sus funciones (recordemos que este tipo de informes sólo se elaboran a petición del Parlamento y esta peticion no ha existido, por lo menos desde las Cortes).En otro asunto de rabiosa actualidad, como es la especulación inmobiliaria y el aumento descontrolado del precio del suelo, vemos que la constitución establece que el Gobierno y las administraciones públicas deben preocuparse por evitar la especulación del suelo y velar porque todos los españoles puedan acceder a una vivienda digna. Como comprobamos todos los que en algun momento hemos buscado o buscamos una vivienda, ya sea para comprarla o para alquilarla, este asunto, que abarca una serie de artículos de la carta magna, no se cumple ni de lejos. Y lo que es peor, no se espera que se cumpla.
Por estos y otros muchos asuntos considero que la constitucion española debería ser objeto de revisión y actualización.

Rebelión Necesaria


Los últimos días han servido para dar fiel reflejo de cómo los medios de comunicación de masas, fieles siervos de las grandes agencias de información, asisten al sistema neo-liberal occidental en su función publicitaria. La ilegal y abominable agresión de Israel a Líbano y la enfermedad de Fidel Castro han servido para poner en funcionamiento toda la maquinaria de control de la información dirigida por Estados Unidos y apoyada por los dirigentes occidentales, incluso aquellos que en alguna ocasión parecieron mostrarse, aunque tímidamente, en oposición a ciertas actuaciones norteamericanas. En consecuencia observamos cómo los telediarios cada día se asemejan más a panfletos de ideología neoliberal y se alejan más de lo que un día fue el orgullo de cualquier periodista: buscar la verdad y luchar contra la injusticia.


La brutal agresión de Israel, esta vez dirigida sobre Líbano, nos es presentada una y otra vez como un acto legítimo de defensa de este país contra guerrillas libanesas. Sin embargo, el desproporcionado número de heridos y asesinados (¡) entre la población civil libanesa hace que ni siquiera los presentadores de los telediarios consigan comunicar sus noticias sin sonrojarse, hacer algún comentario o algún gesto al respecto. Cómo se puede tener la inmensa desvergüenza de ver por la televisión semejantes matanzas ( y las que no hemos visto) y quedarnos quietos, sentaditos en nuestro sofá! ¡Intolerable! Tan sólo en Australia hace unos días la gente no sólo salió a la calle a levantar la voz, sino que se presentaron frente al primer ministro y le hicieron escuchar lo que tantas y tantas personas de todo el mundo pensamos.
Y cómo los dirigentes de los diferentes países occidentales pueden seguir la estela de la directriz planteada por EEUU a modo de rebaño babeante! ¡Vergonzante! ¡Si incluso han asesinado a personas que trabajaban para la ONU! Si esas personas no les importan, ¡cómo les va a importar asesinar a miles de libaneses si además la Comunidad Internacional no dice ni hace nada e incluso en algunos casos aprueba tales acciones! ¡Todo es mediocridad!


Respecto a la enfermedad de Fidel Castro, no hay nada que decir que no hayamos podido observar ya. Desde que se conoció la noticia no hemos visto más que propaganda estadounidense en los telediarios, sean de la cadena que sean. Ayer enviaban corresponsales a Miami, para que mostraran al mundo la cantidad de exiliados eufóricos con la “presuntamente próxima” muerte del dirigente cubano. Esa mafia situada en Miami y apoyada política y, sobretodo, económicamente por EEUU llevan décadas elaborando planes de asesinato de Fidel Castro y de invasión de la isla caribeña. No hace todavía tres meses que salieron a la luz los planes del gobierno de Estados Unidos para llevar la “democracia y la libertad” al pueblo cubano. Me parece que poco importa a Bush y su imperio el pueblo cubano. Lo que en realidad le interesa son sus riquezas, que aunque históricamente expoliadas y bloqueadas por EEUU, sin duda aún conserva. Si no fuera así, Bush no se habría reunido ayer con importantes empresarios estadounidenses interesados en el establecimiento de sucursales en Cuba.
Hoy nos encontramos reportajes acerca de cómo la salud de Fidel Castro ha ido debilitándose desde hace unos años, en un intento por dar una impresión débil del dirigente cubano y del régimen por él liderado, al más puro estilo de la propaganda de guerra. Sin duda se trata de un nuevo acto en pos de la dominación imperialista como los de Afganistán e Irak. Y estamos hablando tan solo de un lustro.

Es necesario que los pueblos de todo el mundo tomen conciencia y salgan a la calle para hacer lo que nuestros dirigentes políticos no hacen: condenar la injusticia y la miseria a la que el imperio americano y sus aliados nos someten a todos, en especial como siempre a los más débiles.