jueves, 26 de julio de 2007

¿No cesará este rayo que me habita?

¿No cesará este rayo que me habita
el corazón de exasperadas fieras
y de fraguas coléricas y herreras
donde el metal más fresco se marchita?

¿No cesará esta terca estalactita
de cultivar sus duras cabelleras
como espadas y rígidas hogueras
hacia mi corazón que muge y grita?

Este rayo ni cesa ni se agota:
de mí mismo tomó su procedencia
y ejercita de mí mismo sus furores.

Esta obstinada piedra de mí brota
y sobre mí dirige la insistencia
de sus lluviosos rayos destructores.


Miguel Hernández

lunes, 2 de julio de 2007

Tristes guerras

Tristes guerras,
si no es amor la empresa,
tristes, tristes.
Tristes armas,
si no son las palabras,
tristes, tristes.
Tristes hombres,
si no mueren de amor,
tristes, tristes.
Tristes,
como aquellas tardes de guerra,
aquellas tristes tardes.
Miguel Hernández

Con la cartera en la mano

Javier Ortiz

javierortiz.net

El Gobierno de Pekín ha aprovechado la visita de Juan Carlos de Borbón para anunciar su decisión de permitir que entre en China carne de cerdo procedente de España. Dejando a un lado los chistes fáciles –los hay que se hacen solos–, constato qué bien retrata ese hecho la expansión de los negocios que los gobernantes y los empresarios del Reino de España mantienen con los gobernantes y empresarios de la República Popular China. Es lo que ellos, muy dados a identificar a los pueblos con aquellos que controlan sus instituciones y su economía, llaman «las excelentes relaciones de amistad y cooperación entre nuestros dos países».

No tendría nada sustancial que objetar a esas «excelentes relaciones», en lo fundamental mercantiles, si fuera norma invariable del Estado español la aplicación del viejo principio de coexistencia pacífica entre estados de regímenes políticos diferentes. Cuando rige ese principio, los estados defienden el mantenimiento de relaciones civilizadas entre sí, con independencia de la mayor o menor simpatía que les susciten los sistemas político-sociales ajenos. Consideran que esas cuestiones forman parte de los asuntos que deben dirimirse en el interior de cada país, sin injerencias externas.

Pero no es ése el criterio que maneja el Estado español, el cual, a través de los sucesivos gobiernos que lo han representado en la arena internacional, se viene considerando desde hace años autorizado a repartir bendiciones y condenas urbi et orbi, pronunciándose sobre qué estados merecen ser tratados con respeto y a qué otros hay que atar en corto o incluso, si hace al caso, obligarlos a cambiar de régimen político, aunque su población no haya dado pruebas de desear nada por el estilo.

Hay casos muy chocantes, particularmente por los agravios comparativos que encierran. Así, el Gobierno español no sólo ha llegado a impartir instrucciones sobre lo que deberían hacer o dejar de hacer los cubanos para merecer su visto bueno, sino que incluso se ha pronunciado sobre decisiones legales adoptadas por instituciones foráneas legítima y democráticamente constituidas, caso de las venezolanas. Lo cual no le impide, en injusta correspondencia, abstenerse de condenar las violaciones de los derechos humanos, sistemáticas y brutales como pocas, en las que incurren las autoridades chinas, o las marroquíes, o las argelinas, por poner tres ejemplos de estados catalogados como amigos de primera. Es una diferencia de trato que le viene aconsejada, de manera tan obvia como impresentable, por la importancia capital que asigna a los negocios que realiza con los estados a los que ampara con su silencio.

Por cierto: ¿habéis oído a alguien del PP declararse «abochornado» por la regia visita a China y por los contenidos hagiográficos de los discursos que por aquellos lares ha ido sembrando a gogó el monarca? Nadie del PP ha dicho ni pío. Al contrario: se han declarado encantados con el baboseo del Borbón. Ninguna queja porque no se haya entrevistado con la oposición perseguida, ni haya llamado al orden democrático a los herederos de Liu Shao-chi, aquel al que le daba igual que el gato fuera negro o fuera rojo, siempre que cazara ratones.
Todos están en realidad en esas mismas. Lo que les importa de verdad es el negocio. Y si en el lote negociado entra el precio del silencio, tanto mejor.

Marilyn Manson

Rock is dead



Sweet Dreams

domingo, 1 de julio de 2007

La ONU alerta

Agencias

Miloon Kothari, relator de la ONU para la Vivienda, recomendó ayer al Gobierno español que alerte abiertamente a ciudadanos e inversores de que el país "se enfrenta a una grave crisis" inmobiliaria.

"El Gobierno español debe intervenir más en el mercado e informar claramente de que en unos años llegará una grave crisis que afectará a gran parte de la población", declaró el experto de la ONU.

Kothari visitó España el pasado noviembre a invitación del Gobierno y estudió en concreto los casos de Madrid, Bilbao, San Sebastián, Almería, El Ejido, Roquetas de Mar, Sevilla, Barcelona y Zaragoza, con el fin de elaborar un informe con recomendaciones que será presentado al Consejo de Derechos Humanos de la ONU en noviembre, aunque este martes adelantó sus conclusiones preliminares.

"El principal problema de la vivienda en España es que no es asequible, con lo que una considerable proporción de la población dedica más del 40% de su salario al pago de hipotecas", explicó Kothari.

Este elevado porcentaje podría tener un efecto directo en el disfrute de otros derechos humanos, como el "acceso a la educación, la alimentación o el vestido".
En ese sentido, apuntó que la alta tasa de violencia doméstica que se registra en España, "de las más altas de Europa", está "directamente relacionada con el problema de accesibilidad".

"Si las mujeres no tuvieran tan difícil acceder a una nueva vivienda se sentirían más libres para salir de su entorno y eso contribuiría enormemente a mejorar su situación", explicó.

Según datos de la Asociación Hipotecaria Española (AHE) incluidos en su informe preliminar, sólo el 0,3% de la población española era vulnerable por impago de hipoteca en septiembre de 2006, aunque Kothari teme que "la situación no pueda sostenerse a largo plazo".

"En cuanto suban un mínimo los tipos de interés -apuntó-, las personas que no podrán hacer frente a su hipoteca aumentarán considerablemente" por lo que es necesario que "se informe claramente a ciudadanos e inversores de que ese momento va a llegar".
Para Kothari, "la solución no pasa por incrementar el suelo edificable, porque el precio al que sale a la venta incluye las expectativas de revalorización, con lo que incluso para el sector público resulta difícil adquirirlo".

Por ello, abogó por intervenir en el sector a través del control de la especulación, la ocupación de las viviendas vacías (el 15% del total) y la reducción de los precios de los inmuebles sociales, que "suelen ser demasiado elevados para la población de ingresos más bajos".

Además, "la promoción de viviendas está restringida a pocos actores, que se reparten ganancias astronómicas", así que habría que abrir el mercado a nuevos promotores, que se encarguen de dinamizar el mercado, especialmente para los jóvenes y en régimen de alquiler.

El relator de la ONU recordó que sólo el 12% de las viviendas se alquilan, "uno de los porcentajes más bajos de Europa", y "prácticamente todas están en manos privadas, con sólo el 2% calificado como vivienda social, frente al entre 10 y 30% de otros países europeos".

Otro aspecto que preocupa al relator es "el aburguesamiento" de las ciudades, que lleva a la segregación, los desalojos y el empleo de violencia física y psicológica para forzar al abandono de los hogares, fenómeno conocido como "mobbing" sobre el que, en su opinión, hay escasa jurisprudencia.Aunque el derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada está incluido en el artículo 47 de la Constitución española, "su respeto está muy lejos de ser una realidad", concluyó Kothari, quien, aún así, reconoció "los esfuerzos realizados por las autoridades españolas para hacerlo efectivo".