miércoles, 30 de octubre de 2013

Viceversa.

Tengo miedo de verte
necesidad de verte
esperanza de verte
desazones de verte

tengo ganas de hallarte
preocupación de hallarte
certidumbre de hallarte
pobres dudas de hallarte

tengo urgencia de oírte
alegría de oírte
buena suerte de oírte
y temores de oírte

o sea
resumiendo
estoy jodido
y radiante
quizá más lo primero
que lo segundo
y también
viceversa.

Mario Benedetti

martes, 15 de octubre de 2013

Maquiavelo frente a la gran pantalla. Cine y política.

La izquierda encuentra su desgracia en el hecho de que su naturaleza consiste en prepararse para la excepcionalidad, para las tempestades y las situaciones especiales, ya sea la revolución, la guerra, la crisis…

El resto del tiempo, en temporadas de normalidad, la gente se vuelve conservadora y la izquierda, entendida intelectual y electoralmente, se apaga, se diluye, se hace conservadora junto con el resto de la gente, que no vuelve a despertar hasta la siguiente situación excepcional. Los que quedan en esos momentos son meros gestores de poder, regidores del estatus quo nacido en la situación excepcional previa.

Sin embargo, es precisamente de ello de lo que se desprende la certeza de que es en los tiempos de excepcionalidad donde se hace necesario actuar y saber actuar, pues es entonces cuando podemos encontrar alguna posibilidad de realizar los cambios en las estructuras de poder que, para bien o para mal, van a gestionar posteriormente el funcionamiento de las sociedades humanas.

lunes, 14 de octubre de 2013

Es hora de embriagarse.

Hay que estar ebrio siempre. Todo reside en eso: ésta es la única cuestión. Para no sentir el horrible peso del Tiempo que nos rompe las espaldas y nos hace inclinar hacia la tierra, hay que embriagarse sin descanso.

Pero, ¿de qué? De vino, de poesía o de virtud, como mejor les parezca. Pero embriáguense.

Y si a veces, sobre las gradas de una palacio, sobre la verde hierba de una zanja, en la soledad huraña de su cuarto, la ebriedad ya atenuada o desaparecida, ustedes se despiertan, pregunten al viento, a la ola, a la estrella, al pájaro, al reloj, a todo lo que huye, a todo lo que gime, a todo lo que rueda, a todo lo que canta, a todo lo que habla, pregúntenle qué hora es; y el viento, la ola, la estrella, el pájaro, el reloj, contestarán:

“¡Es hora de embriagarse!”

Para no ser los esclavos martirizados del Tiempo, ¡embriáguense, embriáguense sin cesar! De vino, de poesía o de virtud, como mejor les parezca.

Charles Baudelaire.