lunes, 28 de febrero de 2011

En las próximas elecciones, NO LES VOTES.

Me hago eco aquí de una campaña que ha surgido en Internet en el último mes a colación de la aprobación en el Parlamento de la conocida Ley Sinde. El colectivo que firma estos vídeos y el Manifiesto que pego debajo se denomina "No les votes", y esta es su página web, aunque lo realmente interesante es esta herramienta wiki que han creado en la que, a modo de foro, trabajan y debaten documentos y acciones que contribuyan a frenar el avance de la Ley Sinde y de los partidos que la secundaron. Sin duda un movimiento a seguir y a tener en cuenta.





El próximo 22 de mayo, los ciudadanos españoles están convocados a las urnas para votar a sus representantes públicos en todos los ayuntamientos y en algunos parlamentos autonómicos. Los representantes elegidos tendrán a su cargo la gestión de miles de millones de euros durante un periodo de cuatro años, razón más que suficiente para extremar las precauciones de los votantes: a lo largo de los últimos años, el nivel de corrupción en la política española se ha disparado de manera alarmante en todo el arco parlamentario.


PSOE, PP y CiU son las tres formaciones políticas que han pactado para resucitar la ley Sinde en el Senado, una ley que permite censurar Internet por vía administrativa, sin una intervención judicial que garantice la tutela efectiva de los ciudadanos. Al juez que deba validar el cierre le estará vedado analizar el fondo del asunto, esto es, la vulneración de derechos de propiedad intelectual o la posibilidad de producir un perjuicio patrimonial por parte de la página web cuya clausura se solicite. La ley Sinde crea un “agujero libre de jueces” donde la decisión la toma una comisión administrativa nombrada por el gobierno, para evitar lo que hasta el momento venía ocurriendo: que los jueces no daban la razón a las reclamaciones de la industria de los contenidos.

La ley Sinde es
ineficaz. No aborda una reforma integral de la legislación de propiedad intelectual, único camino para favorecer la justa retribución de los creadores y artistas en el marco de unasociedad de cultura digital. Aún así, y a pesar de la oposición de una parte importante de la sociedad incluyendo creadores y artistas, PSOE, PP y CiU votaron a favor de ella. Pesaron más las presiones de gobiernos extranjeros y de grupos minoritarios que el interés social. Pero no todo es culpa de nuestros representantes: nosotros les hemos elegido, por acción u omisión.

Desde Nolesvotes.com consideramos que PSOE, PP y CiU han faltado a su principal obligación con la ciudadanía: defender la Constitución que juraron o prometieron acatar. La ley Sinde somete Internet a una legislación excepcional, con grave merma de los derechos a la libertad de expresión e información y a la tutela judicial efectiva, posibilitando un mayor control político de la red.

Tu decisión es importante. No te pedimos el voto para ningún partido concreto, ni que votes en blanco, ni que te abstengas, sino que te informes para comprobar que existen alternativas contrarias a la ley Sinde en todo el espectro ideológico. Te pedimos que defiendas la libertad en la red con tu voto, no apoyando a aquellos que con sus actos se han hecho claramente merecedores de un voto de castigo.

El próximo 22 de mayo, NO LES VOTES.

domingo, 27 de febrero de 2011

Cómo se superó la crisis de la carne Argentina.

Toda crisis agudiza el ingenio. Es importante no dejarnos caer en la desesperación; debemos confiar en la capacidad del ser humano para crecerse en las situaciones difíciles. Cuanto mayor sea el obstáculo a superar, más alto llegaremos para doblegarlo. Ese es el mensaje que quiso transmitir a través de este vídeo un conocido candidato Argentino durante la crisis de la carne de 2008 (esta versión corresponde a un anuncio francés que utilizó el mismo vídeo).

viernes, 25 de febrero de 2011

Táctica y estrategia.

Mario Benedetti.

Mi táctica es mirarte,
aprender como sos,
quererte como sos.

Mi táctica es
hablarte y escucharte
construir con palabras
un puente indestructible.

Mi táctica es
quedarme en tu recuerdo,
no sé cómo ni sé
con qué pretexto,
pero quedarme en vos.

Mi táctica es
ser franco
y saber que sos franca
y que no nos vendamos
simulacros
para que entre los dos no haya
telón
ni abismos.

Mi estrategia es,
en cambio,
más profunda y más
simple.

Mi estrategia es
que un día cualquiera,
no sé cómo ni sé
con qué pretexto,
por fin me necesites.

miércoles, 23 de febrero de 2011

El rincón de los besos eternos.


Todavía tengo tu sabor en mi boca.

Tu recuerdo no deja de mirarme, sediento de otra bocanada de amor,
pero debo partir... y partirme en dos.

Aquí sueño, en está lejana orilla, día tras día y noche tras noche,
con que nuestras dos mitades se unan algún día en un mismo destino.

El destino de los amantes infinitos, de noches de vida
y amaneceres de paz.

Allí te esperaré,
deseando encontrarte en el mismo lugar en que te dejé;
en el rincón de los besos eternos.

domingo, 20 de febrero de 2011

El discurso del Rey.

Esta entrada va dedicada a una de las películas que parten con mayores posibilidades para hacerse con un Óscar la próxima semana: El discurso del rey. En ella, en su escena final, podemos ver al actor Colin Firth encarnando al Rey inglés Jorge VI y leyendo un discurso en el que anunciaba la entrada en guerra de Inglaterra contra Alemania en los albores de la II Guerra Mundial. Pego aquí el audio y el texto original en inglés para aquellos que, como yo, hayan visto la película y quieran comparar y apreciar de verdad la buena representación de la misma que se ha llevado al cine. Merece la pena ir leyendo conforme se escucha el audio.





In this grave hour, perhaps the most fateful in our history, I send to every household of my peoples, both at home and overseas, this message, spoken as I were able to cross your threshold and speak to you myself.

For the second time in the lives of most of us we are at war. Over and over again we have tried to find a peaceful way out of the differences between ourselves and those who are now our enemies. But it has been in vain. We have been forced into a conflict. For we are called, with our allies, to meet the challenge of a principle which, if it were to prevail, would be fatal to any civilised order in the world.

It is the principle which permits a state, in the selfish pursuit of power, to disregard its treaties and its solemn pledges; which sanctions the use of force, or threat of force, against the sovereignty and independence of other states.

Such a principle, stripped of all its disguise, is surely the mere primitive doctrine that might is right; and if this principle were established throughout the world, the freedom of our own country and of the whole of the British Commonwealth of Nations would be in danger. But far more than this – the peoples of the world would be kept in the bondage of fear, and all hopes of settled peace and of security of justice and liberty among nations would be ended.

This is the ultimate issue which confronts us. For the sake of all that we ourselves hold dear, and of the world order and peace, it is unthinkable that we should refuse to meet the challenge.

It is to this high purpose that I now call my people at home and my peoples across the seas, who will make our cause their own. I ask them to stand calm, firm and united in this time of trial. The task will be hard. There may be dark days ahead, and war can no longer be confined to the battlefield. But we can only do the right as we see the right, and reverently commit our cause to God. If one and all we keep resolutely faithful to it, ready for whatever service or sacrifice it may demand, then, with God’s help, we shall prevail. May He bless us and keep us all.

miércoles, 2 de febrero de 2011

Ruido

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Un marino acude corriendo a su capitán, tras atravesar con urgencia toda la cubierta del barco:

- ¡Capitán! ¡Vía de agua! ¡Nos hundimos! ¡El barco hace aguas por todas partes! ¿Qué hacemos? ¡Haga algo!

El patrón, impasible, frío como el mármol, abre la boca con calma, mirando la nada en el horizonte, y afirma:

- No tener nunca que mentir, ni mucho menos a uno mismo. Algunos dicen que eso es la felicidad. ¿Qué opina usted?

El capitán apretaba un papel mientras hablaba; parecía una carta o una nota escrita a mano. Lo apretaba con toda su fuerza, lo retorcía, lo frotaba con la desesperación de quien lo ha perdido casi todo. El marino, aturdido entre el caos reinante a bordo y la desconcertante respuesta de su superior, replica ansioso:

- Capitán, no le entiendo. ¡Pero por favor haga algo! ¡Ordene algo! ¡El caos reina en cubierta! ¡Que nos hundimos! ¡Media tripulación ha usado ya todos los botes salvavidas! ¡Queda sólo uno para usted, y debería usarlo ya! ¡Deme instrucciones!

El capitán, de nuevo haciendo gala de una sorprendente calma y serenidad, rozando quizás la indolencia más estúpida, responde:

- No me ha contestado. ¿Es que no tiene respuesta para esa pregunta?

De repente, la soga que bajaba ese último bote salvavidas se parte, saliendo disparada en dirección a la polea que la sujetaba y de ahí hacia el capitán, a quien roza el mentón fuertemente, provocándole una leve hemorragia. El capitán, como si acabara de despertar de un sueño profundo, se frota el mentón, se mira la sangre, y se dirige al marino que tiene al lado:

- ¡Pero qué está pasando aquí! ¿Cómo no me dijo nada? ¿No ve que nos hundimos? ¡Rápido! ¡A los botes salvavidas! ¡Preparen el mío! ¡Será imbécil! ¡Cómo pudo no avisarme!

El marino, resignado ante lo injusto de las acusaciones, contesta, temeroso:

- Capitán, intenté avisarle, pero el ruido le impidió escucharme…

En ese momento se quiebra el mástil y cae con violencia, partiendo la cubierta. El barco se hace añicos en segundos y los dos hombres caen al agua, junto a los marinos que quedaban a bordo, una gran mayoría, demasiados para tan pocos botes salvavidas. El desastre ocurrió. Los escasos candiles que quedan encendidos son disputados por los hombres que luchan por flotar en la superficie. Luces errantes en un agua extraña y helada que anuncia el final. El marino y el capitán logran asirse a un gran tablón de sipo y, tras recuperar el aliento, se miran, sin saber que hacer, aunque en cierto modo aliviados por la compañía mutua.

- Debió haberme avisado, teniente. No es posible que no me haya enterado de lo que estaba pasando con todo el ruido que había en el ambiente. ¡Es responsabilidad suya mantenerme al corriente de todo lo que sucede en el barco! – Recrimina, enfadado, el capitán.

El marino, angustiado por la crítica situación, replica, sintiéndose cada vez más solo:

- Capitán, se lo he intentado decir. Varias veces incluso, pero el ruido más potente no era el de cubierta, sino el que había dentro de su cabeza. Si salimos de esta, no me importa volver a servir a sus órdenes, pero antes debe aliviar ese ruido, debe callar ese ruido.

Y el capitán se hizo entonces consciente de lo que le pasaba. Por primera vez escuchó la lluvia caer sobre su casaca. Caído del caballo, sintió que iba limpiando sus pecados poco a poco. El ruido se fue callando y dejó paso al murmullo de las olas, al chapoteo del tablón de sipo y al repiqueteo de la lluvia sobre éste y sobre el agua salada. En medio de aquel desastre, se sintió en calma. Vislumbró una isla en el horizonte y dirigió a sus náufragos hacia ella. Todavía quedaba la esperanza.