martes, 22 de abril de 2008

Violencia en el subsuelo madrileño

No es la primera vez, y seguramente no será la última que presenciamos escenas de este tipo. Vigilantes privados de la Red de Metro de Madrid agreden a los individuos que les parece oportuno, incluídos niños. Así, inmigrantes y mendigos ostentan el desgraciado trofeo en número de agresiones por parte de esta calaña asquerosa.

Disponemos de vídeos de diversas agresiones físicas que ya han salido en los telediarios en alguna ocasión, pero yo he podido presenciar personalmente en alguna ocasión las amenazas vertidas por estos "vigilantes" hacia un inmigrante, obligándole a defender la unidad de España y a cantar el Cara al Sol en los pasillos de la estación de Santo Domingo (Línea 2), en pleno subsuelo de la Gran Vía madrileña, hace ahora unos 2 años.
Hace alrededor de un año, leí en un periódico el relato de un niño de 13 años que había sido agredido por uno de estos "vigilantes" en la estación de Sol (de nuevo, pleno centro de Madrid), por el mero hecho de ser inmigrante y estar apoyado en una pared esperando su tren. El niño, que iba acompañado de su hermano pequeño, perdió el tímpano del oído en el que había sido golpeado, y desde entonces sus padres ya no le dicen que lleve cuidado con los delincuentes, sino con la policía y con los "vigilantes" del metro.
Éste es otro ejemplo.
Éste, otro tímpano roto.
Otro caso más.
Y otro, de nuevo tímpano roto.
A esta mujer le llegan incluso a disparar.
Uno más.
Creo que no hace falta que siga buscando ejemplos documentados. Lo triste es que llos casos que son recogidos por las cámaras de seguridad del suburbano o por algun medio de comunicación, son tan sólo la punta del iceberg del flagrante abuso de poder que ejercen estos individuos a sabiendas de que en la mayoría de los casos, la empresa Metro de Madrid, última responsable de su contratación, se lava las manos y los protege, que es lo verdaderamente alarmante.
Obviamente, sé de buena tinta que no todos los vigilantes son agresores, pero lo que se hace necesario es una inspección pormenorizada de la normativa de contratación de las empresas de seguridad privada (más aun si son contratados con dinero público), que en los últimos lustros han visto crecer sus beneficios enormemente dados los escasos requisitos para ser contratado y el impulso político que han recibido los sistemas de seguridad privada.
Aquí tenéis el último ejemplo. Podeis verla también con sonido en el diario EL PAÍS. Para vomitar. A partir de ahora, pensaos mejor vuestra actitud cuando viajéis en metro.


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