En adición a todo ello, EL PAÍS publica un artículo cubriendo la noticia en el que aplica un doble rasero a la hora de referirse a unos y a otros, al tiempo que culmina su labor dando voz a Democracia nacional, publicando los lemas de su manifestación y las declaraciones vejatorias de su presidente, mientras silencia el mensaje de los antifascistas. La noticia comienza señalando que la policía ha tenido que actuar para evitar que unos jóvenes violentos de ultra izquierda reventaran el acto de Democracia Nacional, en claro tono defensor de éstos últimos y con formas vejatorias hacia los antifascistas. Para terminar de hacer bien su trabajo de propaganda de la ultra derecha, y dejar clara, una vez más, la pobreza ética, moral e informativa de este diario, el artículo concluye dando voz a los fascistas mientras silencia a los anti fascistas, al citar las proclamas que los primeros lanzaban en la manifestación y permitir a su líder, el presidente de Democracia Nacional, expresar sus insultos hacia los antifascistas, hacia el gobierno, y hacia todo aquel que no se pliegue, como el citado diario, a publicitar su mensaje fascista.
¿Hasta cuándo vamos a seguir aguantando? ¿Dónde está la vara de medir en la que situar un umbral de permisibilidad y tolerancia hacia estos fascistas? ¿Hasta dónde llega su impunidad(de mometno ya los portege la policía)? ¿Vamos a dejarlos crecer hasta que lleguen al gobierno como en Italia, a la sombra de Berlusconi? ¿Qué tiene que pasar, pues? ¿Acaso no es suficiente alarma el alto número de agresiones realizadas por personas que pertenecen al partido Democracia Nacional, como para plantear un debate serio de dónde está el límite?
Hay quienes luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años y son muy buenos. Pero los hay que luchan toda la vida, esos son los imprescindibles.
domingo, 1 de junio de 2008
El diario EL PAÍS, ¿propaganda de la ultra derecha?
En el día de hoy, domingo 1 de junio de 2008, ha tenido lugar una manifestación del partido fascista Democracia Nacional en el centro de Madrid. Ante esta manifestación de la ultraderecha, que no ha sido la primera ni será la última que goce del beneplácito y la permisibilidad de las autoridades públicas madrileñas, la comunidad antifascista (que había pedido permiso a esas mismas autoridades para celebrar otra marcha y se lo habían denegado, una vez más) se disponía a evitar la celebración fascista, a lo que la policía ha respondido agrediendo a los antifascistas y protegiendo a los fascistas, en un caso más que nos demuestra la calaña de autoridades que rigen y gestionan nuestra “res publica”.
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