Con algo de retraso, pero más vale tarde que nunca, quería expresar mi pesar por el hecho de que Su Santidad el Papa Benedicto XVI no haya sido recibido como se merece (que cada cual entienda aquí lo que quiera) en los paises africanos que visitó el mes pasado, además de haber levantado en occidente múltiples críticas en su afán de evangelización del territorio africano, donde según datos del Vaticano, el cristianismo es la religión que más se extiende (qué van a decir). He de decir que en un primer momento esta visita me produjo lo mismo que me genera la mayoría de las acciones de la jerarquía eclesiástica: repulsa. Pero más tarde, aprendí a tomármelo con humor, y me acordé de una escena que bien le podrían haber puesto en pantalla gigante a Su Santidad a su llegada a Camerún.
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