jueves, 26 de agosto de 2010

Corazón

Corazón, corazón, de irremediables penas agitado,
¡álzate!

Rechaza a los enemigos oponiéndoles el pecho,
y en las emboscadas traidoras sostente con firmeza.

Y ni, al vencer, demasiado te ufanes,
ni, vencido, te desplomes a sollozar en casa.

En las alegrías alégrate y en los pesares gime
sin excesos.

Advierte el vaivén del destino humano.

Arquíloco de Paros (650 a.C.)

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