Durante años aprendí que la política era una ciencia consistente en la configuración e implementación de una serie de normas colectivas de obligado cumplimiento. Sin embargo, en los últimos tiempos he ido cambiando de opinión; la política sólo puede ser una ciencia en la academia, en los despachos. Fuera de ahí, la política se convierte en otra cosa, una especie de arte en la que se trata de elaborar un relato y saber escenificarlo de forma adecuada para que tenga éxito. Partiendo de esta base, podríamos decir que la escena política se ha convertido en los últimos tiempos en un campo de batalla en el que diferentes relatos se baten entre sí, utilizando las armas que tienen a su alcance, especialmente los medios de comunicación de masas. Por eso, lo necesario es saber ver qué hay detrás del decorado, ese decorado de cartón piedra que tejemos los que trabajamos la comunicación política, y saber discernir qué es lo que está en juego en cada momento y en cada escenario, a qué intereses responder cada relato y cada discurso.
Dejo aquí una entrevista a un antiguo profesor mío, Juan Carlos Monedero, en torno a las últimas noticias que han salido en España tratando de vincular al Gobierno de Venezuela con ETA.
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