domingo, 2 de agosto de 2015

Oxímoron.

A veces me pregunto: ¿y si de repente todo fuera locura?

Si de pronto en mi mente opaca nada quedara a oscuras

y el negro futuro que nos engulló hoy por sorpresa se encendiera.

Ya me imagino preguntándome ¿qué andarás haciendo ahora? ¿dónde estarás?

 

Intuyo tu mirada fija hacia el horizonte, dirección al infinito.

Adivino tu pelo mecido por las ondas del viento de un lugar maldito.

Buscando entre la maleza una luz, un desliz furtivo o una señal

que nos permita saber, al fin, si ya es mejor amar, odiar u olvidar.

 

Y es tan largo el silencio que llenó una tras otra las tinajas del recuerdo,

que hoy nadie sabe si algún día aquello que cuentan que ocurrió fue cierto.

Tanto se hizo esperar un nuevo destello que algunos incluso me dieron por muerto.

Todo porque me escapé, salté del camino para aprender a caminar y…

ahora ya casi he vuelto.

 

¿Dónde estarás? ¿Dónde estaré? El misterio tras el que andas está detrás de mis labios.

Ven a buscarme, ven a visitarme esta noche, ayúdame a apuntalar las ruinas,

Recuérdame cómo escribía en tu espalda los versos torcidos de mis recuerdos

y enséñame cicatrices de nuestros errores, nuestros puños en alto, nuestras manos unidas.

 

Estalla el viento, sacude árboles, hace crujir paredes y abre grietas en muros.

Entra la luz, lo ilumina todo; gritos, recuerdos y grilletes de pasados remotos.

Sabes que a ese lado del muro de cristal siempre ha hecho mucho frío,

ven, que yo te arrullo. Acércate, no te resistas, ponte al lado mío.

 

Me pregunto si el viento también se llevó tus ojos desordenados,

tus labios, tu pelo, tu voz y tus dedos lastimados.

Me pregunto si también se llevó tu olor y aquellos espejos

ante los que te susurraba al oído versos que nunca se harán viejos:

 

Yo solo quiero escribir

los versos más hermosos,

que son los más tristes,

por eso te necesito a tí.