El desarrollo de la tecnología no está sirviendo para aumentar el tiempo de ocio y los espacios de libertad, sino que está multiplicando la desocupación y está sembrando el miedo. Es universal el pánico a recibir la carta que lamentar comunicarle que nos vemos obligados a prescindir de sus servicios en razón de una nueva política de gastos, o debido a la impostergable reestructuración de la empresa, o porque sí, sin ningún eufemismo que alivie el fusilamiento. Cualquiera puede caer, en cualquier lugar; cualquiera puede convertirse de un día para otro, en un viejo de cuarenta años, inútil según el pensamiento único. [...] Encontrar trabajo o conservarlo, aunque sea sin vacaciones, ni jubilaciones ni nada, y aunque sea a cambio de un salario de mierda, se celebra como si fuera un milagro.
En EEUU hay mucha menos desocupación que en Europa, perno los nuevos empleos son precarios, mal pagados y sin protección social. “Lo veo entre mis alumnos”, dice Noam Chomsky. “Ellos temen que, si no se comportan como es debido, nunca conseguirán trabajo, y eso tiene un efecto disciplinatorio”. Sólo uno de cada diez trabajadores tiene el privilegio de un empleo permanente y a tiempo completo, en las quinientas empresas norteamericanas de mayor magnitud. De cada diez nuevos empleos que se ofrecen en Gran Bretaña, nueve son precarios; en Francia ocho de cada diez. La Historia está pegando un salto de dos siglos, pero hacia atrás: la mayoría de los trabajadores no tiene, en el mundo actual, estabilidad laboral ni derecho a la indemnización por despido; y la inseguridad laboral derrumba los salarios. Seis de cada diez norteamericanos están recibiendo salarios inferiores a los salarios de hace un cuarto de siglo, aunque en estos 25 años la economía de los EEUU ha crecido un 40%.
Lee Iacocca, que había sido ejecutivo de la empresa Chrysler, visitó Buenos Aires a fines de 1993. En su conferencia habló con admirable sinceridad acerca del desempleo y la educación:
El problema del desempleo es un tema duro. Hoy podemos hacer el doble de autos con la misma gente. Cuando se hala de mejorar el nivel educativo de la población como remedio al problema del desempleo, siempre digo que me preocupa el recuerdo de lo que pasó en Alemania: allí se publicitó la educación como solución a la desocupación, y el resultado fue la frustración de cientos de miles de profesionales, que fueron empujados al socialismo y a la rebelión. Me cuesta decirlo, pero me pregunto si no sería mejor que los desocupados actúen con lucidez y se vayan a buscar trabajo a un McDonald’s.
El problema del desempleo es un tema duro. Hoy podemos hacer el doble de autos con la misma gente. Cuando se hala de mejorar el nivel educativo de la población como remedio al problema del desempleo, siempre digo que me preocupa el recuerdo de lo que pasó en Alemania: allí se publicitó la educación como solución a la desocupación, y el resultado fue la frustración de cientos de miles de profesionales, que fueron empujados al socialismo y a la rebelión. Me cuesta decirlo, pero me pregunto si no sería mejor que los desocupados actúen con lucidez y se vayan a buscar trabajo a un McDonald’s.
Extraído de "Patas Arriba. La Escuela del Mundo al Revés", de Eduardo Galeano
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