De acuerdo con el famoso principio del matemático griego, para que un cuerpo no se hunda en un medio líquido, ha de generar un empuje igual al de su peso en dicho fluido. Es este un principio sencillo y fácil de entender.
Ahora imaginemos que extrapolamos ese principio al mundo de lo real, poniendo personas en lo que llamabamos cuerpos y sistema social en lo que llamñábamos fluído. De tal modo encontramos que para que una persona no se huna en un sistema socioeconómico,´ha de sser capaz de generar un empuje igual o superior a su peso en dicho sistema, o lo que es lo mismo, al empuje que otras personas ejercen por ocupar el lugar que ahora ocupa la primera en este sistema.
Si te rindes, te hundes, y si esto ocurre, otra persona ocupará el lugar que has dejado libre, pasando a generar un nuevo empuje hasta que deje de hacerlo, bien por agotamiento o bien por decisión ajena, dejando así paso libre a otro individuo que continue el círculo vicioso y perpetúe el sistema. Funciona como una máquina exprimidora de naranjas; cada naranja se corta, se exprime y se tira, y las que están podridas se marginan o se ponen en el escaparate a modo de amenaza contra otras naranjas que se les ocurra pudrirse antes de tiempo.
Ahora imaginemos que extrapolamos ese principio al mundo de lo real, poniendo personas en lo que llamabamos cuerpos y sistema social en lo que llamñábamos fluído. De tal modo encontramos que para que una persona no se huna en un sistema socioeconómico,´ha de sser capaz de generar un empuje igual o superior a su peso en dicho sistema, o lo que es lo mismo, al empuje que otras personas ejercen por ocupar el lugar que ahora ocupa la primera en este sistema.
Si te rindes, te hundes, y si esto ocurre, otra persona ocupará el lugar que has dejado libre, pasando a generar un nuevo empuje hasta que deje de hacerlo, bien por agotamiento o bien por decisión ajena, dejando así paso libre a otro individuo que continue el círculo vicioso y perpetúe el sistema. Funciona como una máquina exprimidora de naranjas; cada naranja se corta, se exprime y se tira, y las que están podridas se marginan o se ponen en el escaparate a modo de amenaza contra otras naranjas que se les ocurra pudrirse antes de tiempo.
Basado en la película "El principio de Arquímedes"
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