viernes, 1 de febrero de 2008

Amén

El panorama político de los últimos días parece un gallinero. Por un lado los peperos, más allá de sus planteamientos ideológicos, están inmersos en una crisis interna que provoca vómito sólo pensar que puedan llegar al poder. Por otro lado, los "sociatas", ofertando reformas fiscales que destrozan el Sector Público y comprando votos a razón de 400€ por barba. Los nacionalistas llevan meses trazando estrategias para poder entrar en el gobierno de unos y de otros. Izquierda Unida, que parece de todo menos unida (por cierto, preciosa la nueva página web del candidato Llamazares: http://www.gasparllamazares.es, lo de los videos de supergasparín es para ir al baño y no echar gota), qué tiempos aquellos de Anguita... Entre todos, juegan a ver quién la tiene más gorda mientras no paran de mentar a la sacra madre del adversario.
Entre bastidores, por detrás de la escena, el Rey y su hijo el Príncipe, en un mes han celebrado sus respectivos aniversarios rodeados de felicitaciones (qué remedio, o les felicitas o callas, porque como se te ocurra criticar... Digo esto por 2 casos: el conocido de la portada del Jueves de hace unos meses que todavía trae cola, y otro que ha llegado a mis oídos de una supuesta suspensión el pasado sábado 26 de enero, de un debate del programa La Noria, de Telecinco, que iba a tratar sobre la Monarquía. Todo el mundo sabe que los programas de esa cadena escapan en ocasiones al buen gusto y a lo políticamente correcto, por lo que no parece descabellada la idea de la mencionada suspensión a "petición" de la Casa Real).



Pero si algo ha terminado de irritarme el seso, ha sido sin duda la actitud de la Iglesia en los últimos días. No contentos con haber sido una institución represora en el pasado, que ha bendecido dictadores a lo largo y ancho del planeta, que ha limitado y limita las libertades (físicas y morales) de tantas personas en el mundo, en el día de ayer sale el Portavoz de la Conferencia Episcopal (no Jiménez Losantos, sino el oficial Martínez Camino) haciendo pública una lista de instrucciones para votar si eres católico. Miren, no es que yo sea cristiano y me afecte directamente lo que dice o deja de decir la madre Iglesia. Sencillamente, me parece insultante que la Iglesia haya hecho lo que ha hecho, y todavía se sienta fuerte como para haber salido en manifestación varias veces durante la última legislatura y ayer anunciar a los cuatro vientos que un buen cristiano no puede votar a partidos que apoyen la expansión de los Derechos (en relación con los homosexuales) o la negociación con ETA. ¿Dónde está escrito que la Iglesia debe ser juez y parte en la configuración del ordenamiento jurídico? Conozco bien la Constitución española, y que yo sepa, en su articulado no se establece que estemos en un Estado cristiano, ni confesional, faltaría más (aunque por desgracia sí se reconocen privilegios a la Iglesia). ¿Y desde cuando la Iglesia ostenta el papel de especialista en conflictos con organizaciones terroristas? Y no hablemos del aborto, la libertad sexual, la educación para la ciudadanía, etc.

¿Ven? En eso sí que apoyo a Llamazares: hay que llevar a cabo un proceso de laicización total del Estado, comenzando por la ruptura del Concordato con la Santa Sede.

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