Según una noticia publicada por el diario EL PAÍS en el día de hoy (http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Prozac/solo/placebo/elpepisoc/20080227elpepisoc_4/Tes), un estudio ha revelado que el famoso Prozac, fármaco utilizado por más de cuarenta millones de personas en el mundo, no es más útil que una simple pastilla azucarada. Su principio activo, la fluoxetina, produce el mismo efecto que tomar pastillas hechas con azúcar, es decir, placebo.
En el mencionado artículo, se cita a Javier Meana, director del Banco de Cerebros de Euskadi, que afirma que si en la consulta, al paciente se le dedica tiempo, se le explica qué ocurre, se le escucha y se le da una cápsula que no tiene nada, también obtienes un efecto terapéutico. Sin embargo, actualmente el sistema sanitario no dispone de tiempo, es más barato recetar que dar explicaciones.
Preocupante es también el hecho de que se estén recetando fármacos como el arriba citado no para combatir la depresión (su supuesta razón de ser), sino para aumentar la resistencia al estrés, como afirma Jerónimo Saiz, jefe del Servicio de Psiquiatría del Hospital Ramón y Cajal de Madrid.
Finalmente, leemos en el artículo que los estudios sobre antidepresivos (y sobre más cosas, se entiende) con resultados negativos no llegan a difundirse ya que no son publicados en las revistas científicas (sólo publican lo rentable). Tan sólo un 51% de los estudios registrados en la FDA (Food and Drug Administration) logran la aprobación de esta institución, sin embargo en la literatura médica, un 94% de los estudios muestran resultados positivos. Bochornoso.
¿Haremos caso ahora a Lou Marinoff, autor del famoso libro “Más Platón y menos Prozac”?
En el mencionado artículo, se cita a Javier Meana, director del Banco de Cerebros de Euskadi, que afirma que si en la consulta, al paciente se le dedica tiempo, se le explica qué ocurre, se le escucha y se le da una cápsula que no tiene nada, también obtienes un efecto terapéutico. Sin embargo, actualmente el sistema sanitario no dispone de tiempo, es más barato recetar que dar explicaciones.
Preocupante es también el hecho de que se estén recetando fármacos como el arriba citado no para combatir la depresión (su supuesta razón de ser), sino para aumentar la resistencia al estrés, como afirma Jerónimo Saiz, jefe del Servicio de Psiquiatría del Hospital Ramón y Cajal de Madrid.
Finalmente, leemos en el artículo que los estudios sobre antidepresivos (y sobre más cosas, se entiende) con resultados negativos no llegan a difundirse ya que no son publicados en las revistas científicas (sólo publican lo rentable). Tan sólo un 51% de los estudios registrados en la FDA (Food and Drug Administration) logran la aprobación de esta institución, sin embargo en la literatura médica, un 94% de los estudios muestran resultados positivos. Bochornoso.
¿Haremos caso ahora a Lou Marinoff, autor del famoso libro “Más Platón y menos Prozac”?
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