miércoles, 12 de marzo de 2008

Laminado a las minorías

Javier Ortiz
Diario Público
Es un error creer que el electorado lleva las cuentas de lo que hacen o dejan de hacer los políticos con mando en plaza. Es un fallo del que yo mismo he participado más de una vez: como recuerdo lo que prometen y no hacen, y recuerdo aún mejor lo que hacen en contra de lo que tenían prometido, tiendo a dar por hecho que muchísimos otros ciudadanos estarán en las mismas. Y qué va.

Hace meses pensé que Zapatero iba a pasar por serios apuros en estas elecciones tanto por culpa de sus cortes y recortes al Estatut catalán (“Apoyaré lo que el Parlamento de Cataluña decida”, había asegurado) como por su insólito intento de afrontar la maraña vasca haciendo de don Tancredo en el centro del ruedo ibérico.

Él mismo había presentado ambos asuntos como las claves de su gobernanza para la pasada legislatura, y como tales me los había tomado yo, en mi cartesiana ingenuidad. Al final y muy lejos de todo eso, es más que probable que haya revalidado su éxito gracias, sobre todo, al rechazo visceral que suscita el PP en los sectores menos carpetovetónicos de la sociedad española. Muchos han votado a Zapatero como mal menor.

Cuestión de enfoques ideológicos personales: para mí, entre el PP y el PSOE, el mal menor era IU.

La política oficial se pinta con brocha gorda y pintura al agua, bien deleble. Es eso lo que permite que lo sucedido hace pocos años apenas nadie lo tenga en cuenta en la actualidad, por grave que fuese. O que se pueda hacer afirmaciones sin sustento real (por ejemplo, que CiU está levantando cabeza, cuando lo cierto es que ha perdido votos en las cuatro circunscripciones catalanas, aunque se haya beneficiado de que otros han perdido todavía más para sacar ventaja).

Admito que el resultado de las elecciones me ha irritado. Lo aceptaría, por poco que me gustara –estoy acostumbrado a perder–, si el nuevo Parlamento ofreciera un retrato relativamente fiel de nuestra sociedad. Pero no. Lo falsea.Hay aquí una izquierda menos acomodaticia que tiene bastante más peso que el que la Ley Electoral le admite.No es un error. La hicieron así a propósito, desde el principio. Y para esto, precisamente.

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