Si no hay mucho que decir, al menos tu voz.
Léeme, siquiera un texto ya dicho.
Llama, aunque sea por error para preguntar equivocadamente.
Recita, canta o cuenta esa historia que es ya leyenda de vidas siempre por vivir.
Pero dame tu voz, que es poético decir que no necesita remitir a contenido alguno.
La voz es ya en sí misma un sentido singular.
Déjame dormir en ella.
Y, cuando sea preciso, fallecer al arrullo de su despedida.
3 comentarios:
hay veces que la simple compañía, aún sin pronunciar palabra...puede calmar el alma más intensamente que la voz...
cuánto se necesita ser kerido y comprendido...
un besazo, Cranko!
Grandes palabras construidas por grandes silencios :)
Y como dice un grna probervio árabe "Quien no comprende una mirada, tampoco comprenderá una larga explicación"
Un beso gigante! ^^
Laura.
Otro proverbio árabe pa' la colección!
Besos
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