Estos vídeos son dos ejemplos del revuelo que se ha montado en España con la visita del Papa Benedicto XVI. Al margen de vídeos oficiales, misas, recibimiento de los príncipes y de ministros varios, se da la circunstancia de que en amplios sectores sociales de nuestro país la visita del Santo Padre no es vista con buenos ojos; a la escasa simpatía que levanta Ratzinger en comparación con su antecesor, Karol Wojtyla, hay que sumar que el hecho de que la ostentosa visita se produzca en tiempos de penuria económica, algo que aviva las críticas tanto hacia la Iglesia como hacia el Estado español, que ha sufragado en buena medida el evento.
En otro orden de cosas, me parece interesante resaltar un detalle al cual los medios no han prestado toda la importancia que cabría esperar. Hay una cualidad que en mi opinión refleja la talla moral de cada individuo: la elegancia. La elegancia no es un atributo casual que uno utiliza cuando le conviene, sino que ha de caminar de la mano con nuestras acciones. Es lo que a mi modo de ver ha demostrado el presidente Zapatero al hacer coincidir su "viaje sorpresa" a Afghanistán con la visita de Benedicto XVI. Con ello se quita de encima de un plumazo todas las especulaciones que se habían vertido en torno a su figura: se ahorra por un lado quedar como un hipócrita en caso de acudir a la recepción de Su Santidad, y por otro hacerle un feo en caso de no asistir arguyendo su ateísmo. En la otra orilla, el Papa Benedicto XVI demuestra no entender de qué va el asunto de la elegancia: nada más llegar a suelo español se anima a criticar al presidente Zapatero por ateo y saca la peligrosa bomba del guerracivilismo. Manda huevos que eso sea lo primero que haga el Pontífice al llegar a Santiago de Compostela, pero, como decía más arriba, muchas veces la elegancia nos permite comprobar la verdadera talla moral de cada uno.
Gracias a esto y a otras muchas cosas, el recibimiento que se le está dando al Papa desde internet puede reflejarse en los dos siguientes vídeos:
No hay comentarios:
Publicar un comentario