jueves, 19 de mayo de 2011

Spanish Revolution / 15M. ¿Votar? Si. Movilizarse y participar, también.

Hoy jueves 19 se ha convocado otra concentración vespertina en la Puerta del Sol, y van 5 días consecutivos. Parece, pues, que la propuesta de llevar la concentración hasta, al menos, el domingo 22, va tomando forma, pese a la amenaza de la Junta Electoral, el cerco policial y el descrédito de algunos políticos. Además, en la Asamblea que tuvo lugar ayer en la Puerta del Sol, se decidió celebrar una manifestación el próximo sábado, en plena Jornada de Reflexión. Veremos qué ocurre. Por lo pronto, circula por Internet un manifiesto que según algunos se ha aprobado en alguna de las Asambleas celebradas, pese a que @acampadasol se ha desligado del mismo:





Mientras tanto, toca meditar ¿A quién beneficia la movilización? ¿A quién perjudica? El dilema está servido. Ante el fenómeno de los "indignados", hemos podido apreciar diversas formas de reacción. Los que están radicalmente a favor, los que están absolutamente en contra (lo del Intereconomía es vergonzante)... y los excépticos. Mi interés se centra en estos últimos.




Por lo que percibo en mi entorno, una gran masa de gente coincide en un punto: es necesario que la fuerza y la energía que se está generando y transmitiendo estos días en varias ciudades de España no se pierda tras la elecciones. No debemos permitir que cuando por fin hemos nos hemos dado cuenta de que estábamos enfadados, nos hemos indignado y hemos decidido echar a andar, toda esa energía y esa rabia se diluya en unos días.




Parece que en los medios y en el mundo político la preocupación viene dada por la posibilidad de que esta movilización pudiera alterar los resultados de los comicios del 22M. Según algunos analistas gran parte de los partidos políticos (especialmente los de izquierdas) temen que esta movilización desmovilice, paradójicamente, a su electorado. Yo soy de los que piensan que ya era hora de que hubiera una movilización, y que es mucho mejor esto que permanecer en la apatía casera en la que llevábamos tantos años instalados. La preocupación de esos partidos no me importa demasiado llegados a este punto. En cualquier caso, el resultado del 22 M, hoy, es todavía secundario, pues de aquí a entonces pueden ocurrir muchas cosas. Ahora bien, centrando el debate en la contienda electoral, soy de los que piensan que es necesario votar, y no votar en blanco o nulo, sino votar por la opción que, al menos en parte, mejor refleje mis ideas o mis intereses. Considero que, en la batalla por transformar el sistema, no podemos desaprovechar ningún medio. Por lo tanto, creo que votar el domingo es necesario y casi obligatorio, pero, ojo, no suficiente.




Es aquí donde entramos en otra fase de la discusión. Creo necesario que en las elecciones alguna formación política canalice el descontento, la rabia y las ansias de transformación que cada noche inundan la Puerta del Sol y tantas otras plazas en España. No comparto la postura de aquellos que consideran que no votando, votando nulo o votando en blanco, el sistema se dará cuenta de su enfado -en todo caso, quien se dará cuenta de dicho enfado será el Jefe de la Mesa electoral correspondiente, pero no nos sirve de nada que nuestra rabia no salga del Colegio Electoral-. Es importante llevar esta fuerza transformadora a las instituciones políticas. Pero al mismo tiempo, es fundamental no limitarnos a eso; los colectivos movilizados exigen la transición hacia un sistema democrático avanzado, el cual supone ir más allá del sistema democrático representativo en el que estamos. Es necesario dejar atrás la tradición del Estado liberal representativo y avanzar hacia un modelo participativo en el que la participación política y la movilización no respondan únicamente a situaciones excepcionales. Y para conseguirlo, nos lo tenemos que ganar. En la urna, y también en la calle.




La discusión viene de lejos; participar en el sistema y tratar de transformarlo desde dentro, o no participar en él y cambiarlo desde fuera. Mi postura es que no estamos como para desaprovechar ningún medio, por lo que me acojo a las dos opciones y abogo por una lucha global, en todos los ámbitos, hacia una Democracia Real. Ya.

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