La soberbia y el desprecio que muchos partidos políticos mostraron con respecto a los colectivos que salieron a la calle el 15 de mayo salió a relucir en todos los medios de comunicación (los escasos que cubrieron la noticia en sus primeras horas), al menos en los primeros días de movilización (ya se sabe que ahora, todos los partidos andan a la caza del voto entre los activistas).
En uno de esos debates que tanto gustan en los grandes medios, en los que diversos tertulianos se enfundan diferentes siglas para acometer discusiones vacías en las que sólo importa la cantidad de trapos sucios que sale a relucir, los tertulianos se pusieron las botas. Carentes de cualquier atisbo de análisis objetivo, no digamos ya político o social, confundían antisistema con rata de cloaca, sólo un escalón por debajo de la categoría de terrorista. Carentes de cualquier mínimo de sensibilidad y responsabilidad social, se permitían criticar, desde el altillo que son los micrófonos que les dan de comer, a los activistas que se jugaban el cuello contra la policía en esos momentos.
Una oyente, tras escuchar la sarta de bochornosas fanfarronerías que soltaban los prepotentes tertulianos, se decidió a llamar a la radio y poner los puntos sobre las íes. Olé sus ovarios. No tiene desperdicio.
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