Según informaciones aparecidas en los últimos días acerca de la posible compra de Repsol por la empresa rusa Lukoil, el Rey podría haber jugado un papel bastante lejano de lo que se entiende por imparcial. En operaciones como esta, donde hay dinero, y mucho, de por medio, especialmente si se trata de petróleo, la figura del Rey siempre ha cobrado especial importancia, ya desde que en los tiempos pretéritos (y tan bien ocultos) cuando se firmaron acuerdos en materia petrolífera entre nuestra Corona y varias monarquías árabes (por ejemplo, el Rey recibe una "módica" cantidad por cada barril de petróleo que entra en España). Para comprobarlo, no hay más que buscar en Google fotos del Rey con algún jeque árabe; nos saldrán multitud.
Estos días, periodicos como Público o La República, de los pocos que se saltan la superpretección a la Corona que reina (nunca mejor dicho) en todos los medios, han publicado noticias como esta:
El rey convence a Zapatero para que Lukoil compre el 30% de Repsol
El rey telefoneó el pasado jueves 20 de noviembre en seis ocasiones al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, para interceder a favor de la posible compra del 30% de Repsol por la petrolera rusa Lukoil.
Según confirmaron al diario Público varias fuentes próximas al Gobierno, las llamadas del rey influyeron en el cambio de postura del Ejecutivo sobre estas negociaciones, que Repsol y La Caixa confirmaron ese mismo día.
Las primeras conversaciones telefónicas entre el rey y Zapatero se produjeron en la mañana del jueves, poco después de que Miguel Sebastián, se mostrase contrario a esta operación. El ministro de Industria, el primer miembro del Ejecutivo que valoró la operación, aseguró sobre las nueve de la mañana del jueves que el Gobierno haría "todo lo posible para que Repsol siguiese siendo española".
Horas después tras hablar, entre otros, con el rey Zapatero corrigió esa primera postura y se mostró mucho menos crítico que Sebastián.
Según filtraron fuentes del Kremlin, las llamadas a Zapatero no han sido las únicas conversaciones telefónicas del rey sobre Lukoil. El primer ministro ruso, Vladimir Putin, llamó a Juan Carlos de Borbón hace unos días y, entre otros temas, abordaron la posible compra.
Y la pregunta lógica es: ¿qué intereses guarda Juan Carlos I en la empresa Lukoil? Pero es que otra pregunta necesaria, que surge incluso con más fuerza es: ¿Por qué un monarca que según la Constitución no tiene poderes (aunque esto es discutible), hace cambiar la postura del Gobierno de España?
Si atendemos a los comunicados oficiales de la Casa Real, la intriga no hace sino aumentar. Según Insurgente, dichos comunicados no han hecho sino contradecirse, lo cual nos hace volver a la pregunta sin respuesta: qué oculta la monarquía con respecto a Lukoil? ¿Es casualidad que Juan Carlos I fuera el primer Jefe de Estado en visitar al Presidente ruso Dimitri Medvedev desde que éste asumiera su cargo en mayo?
La respuesta no la sabemos por ahora, pero lo que si sabemos es la enorme falta de transparencia que nos restriegan por la cara cada dos por tres en relación a cualquier tema que esté relacionado con nuestra monarquía. ¿Es eso democracia? ¿Hasta cuándo este ocultismo?
2 comentarios:
Todo sea en beneficio de las cacerías de osos borrachos (Mitrofan RIP)de nuestro rey. Que mejor que ceder nuestra "independencia" energética, en favor de la afición cinegética de su majestad.
Un saludo Pablo
Bravissimo!
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