miércoles, 30 de mayo de 2012

El peligro de una injusticia sostenida.

En este vídeo, una niña de 12 años relata en 6 minutos cómo el sistema bancario de su país –perfectamente extrapolable al resto del mundo- se basa en el robo, la estafa y la especulación –de ahí el término banksters-. Asimismo, habla de que el poder político tiene todavía potestad –falta la voluntad- para acabar con esta situación injusta. En nuestro país, son  numerosas las voces que claman ya por la implementación de medidas que aliviarían la grave situación, como una justicia que castigue a los malos gestores o la creación de un banco público.

El problema de sostener una situación como la actual es que el sentimiento de injusticia se expande, lo que produce reacciones en la gente. En una primera etapa, la injusticia puede mover a la desilusión o al inmovilismo, pero superada esa fase, también puede llevar a la indignación, la movilización y la rebelión. Debemos esperar que en las próximas semanas el gobierno de España dé algún paso firme a favor de la justicia social, o de lo contrario, estarán lanzando el mensaje de que, agotadas las vías pacíficas para lograrla, sólo queda el recurso a los medios violentos, como nos muestran los libros de historia.

Un ejemplo reciente de lo que ocurre cuando un país es sometido a una situación sostenida de injusticia lo muestra Amanecer Dorado, el partido neo-nazi griego que acapara en los últimos meses una importante cuota de poder. Su programa electoral para las elecciones del mes que viene es, cuando menos, interesante.

martes, 29 de mayo de 2012

El beso (I).

Marca para siempre el beso perdido. El beso no dado. El beso olvidado.

Pesa en la mochila el beso negado, la pasión apagada, la cara escondida.

Cicatriz deja el beso errado, el beso congelado en el páramo de la llamada no contestada.

Hiere y mata el beso evitado, oculto tras cortinas de miedo a traspasar la frontera y resbalar por la ladera de mármol.

¿Dónde queda el beso secuestrado por el viento en las noches de invierno?

¿Qué ocurrió con el beso encargado cuando galopaba en mi huida?

lunes, 28 de mayo de 2012

El imperialismo hoy.

Lo que está ocurriendo en España y en algunos países de Europa no es nuevo. Se trata de una hoja de ruta que otros territorios ya recorrieron hace tiempo, tal y como reflejan libros como el que pego a continuación, donde habla, hace ya 10 años, de lo que desde hacía décadas había estado sucediendo en el sur (Sudamérica y África, sobretodo).

“Los poderes fácticos están fuera del país; depende del gobierno local idear formas de justificar la política a su pueblo. […] En pocas palabras, la oposición no disponía de ninguna alternativa a la austeridad impuesta por el FMI. por tanto, en cierto sentido no importaba quién ganase las elecciones, porque era el FMI quien iba a gobernar. Esta nueva dependencia extrema sitúa a la periferia bajo el control del centro (una especia de imperialismo informal diferente, sin la formalidad que supone la ocupación). Los hechos lo demuestran: por ejemplo, entre 1983 y 1991 más de 200000 millones de dólares fluyeron desde Latinoamérica a los fondos financieros del centro, lo que equivale a 534 dólares de cada hombre, mujer y niño desde el norte de Méjico al sur de Chile. Estas estadísticas demuestran que en la globalización el imperialismo ha dejado de existir para ser fundamentalmente ideológico.”

¿Nos debemos convencer ya de que estamos ocupados/controlados/saqueados por los amos del mundo?

Extraído de Flint, C. y Taylor, P. (2002), Geografía Política. Economía mundo, Estado-Nación y Localidad. Ed. Trama.

viernes, 25 de mayo de 2012

Querría no dejar de amarte.

Ojalá te tuviera delante en este instante para poder amarte sin reservas.
 Para agarrarte sin que te resistas, para darte la vuelta y quitarte la ropa de un tirón.
 
Insinuarías tal vez un leve forcejeo, pero no sabrías resistirte.
Prendería tus pies con mis manos, saborearía con fuerza tus pechos, recorrería tu cuerpo entero con mi boca hasta morderte la nuca con violencia y sabrías ya que no tienes escapatoria, que no hay alternativa.
 
Ojalá pudiera ahora amarte con la fuerza que nunca tuve,
liberación de rabia contenida en el júbilo congelado.
Amarte con pasión animal, como si fuera nuestro último día de vida.
Morir y seguir amándote al final de los tiempos.
 
Amarte y amarte, sólo amarte, a tí, entre mis brazos.
 
Tanto te amaría, tanto,tanto, que sólo nuestros cuerpos juntos llenarían la casa de arte.
Tu boca sobre la mía, tu cuerpo y el mío en contacto escribiendo juntos poesía.
Poesía de amor físico, poesía de pasión desbocada, poesía que al fin nos trasportara a la casa de nuestros sueños para vivir juntos el resto de nuestros días.
 
Tanto me gusta escribir(nos) que hoy querría no dejar de amarte.

jueves, 24 de mayo de 2012

Píldora metafórica IV: metáforas vivas y metáforas muertas.

Efectivamente, como ya planteara Nietzsche y desarrollara Derrida, bajo cada concepto, imagen o idea late una metáfora, una metáfora que se ha olvidado que lo es. Y ese olvido, esa ignorancia, es la que, paradójicamente, da consistencia a nuestros conocimientos, a nuestros conceptos e ideas. Si hay una idea clara y distinta, perfectamente idéntica a sí misma, sin el menor margen de ambigüedad ni contradicción es, por ejemplo, la idea “raíz cuadrada de 9”, que todos sabemos que es 3. Tan claro lo tenemos que nunca se nos ha ocurrido preguntarnos cómo es posible que un cuadrado tenga raíz, como si fuera una berza. Y cómo es posible que esa raíz (3) tenga la suficiente potencia para engendrar al cuadrado entero (9). Para los imaginarios griego, romano y medieval, imaginarios agrícolas y animistas en buena medida, el número, como tantas otras cosas, se percibía, efectivamente, como si fuera una planta. Los textos matemáticos de estas épocas están plagados de metáforas vegetales y alimenticias. Para nosotros, ese “como si” que llevaba a percibir los cuadrados con propiedades de berzas ha perdido toda su pujanza instituyente hasta haberse consolidado en un concepto perfectamente instituido: el concepto “raíz cuadrada”. Hemos perdido la conciencia y el sustrato imaginario del símil que hacía vero-símil la metáfora, y lo que era vero-símil se nos ha quedado en simple “vero”, verdad pura y simple, es decir, purificada y simplificada del magma imaginario del que emergió.

[…] La expresión “raíz cuadrada” es una abreviatura de la expresión original “raíz del cuadrado”, por lo que es en ésta en la que nos centraremos. En los momentos en que tal concepto es aún una metáfora viva, la comunidad matemática aún no ha canonizado una expresión entre todas las que circulan. (…) Raíz es a planta lo que lado es a cuadrado. Es decir, la relación de un lado con su cuadrado (o sea, con el cuadrado que lo tiene por lado) es como la relación de una raíz con la planta a la que sustenta. Calcular la raíz de 9 es hallar la longitud del lado capaz de criar o engendrar un cuadrado de superficie 9.

Metáforas como estas, que hablan de ahorrar tiempo, de “la voluntad de la mayoría” o de “raíces cuadradas”, llamadas habitualmente metáforas muertas, revelan así las capas más solidificadas del imaginario, aquéllas en las que su cálida actividad instituyente hace tiempo que se congeló pero que, no por ello, deja de dar forma al mundo en que vivimos. Es más, cuanto más muertas, más informan de ese mundo, pues ellas ponen lo que se da por sentado, lo que se da por des-contado, aquello con lo que se cuenta y que, por tanto, no puede contarse: los llamados hechos, las ideas, las cosas mismas.

Extraído de“Metáforas que nos piensan”, de Emmanuel Lizcano (2006).

Editorial Traficantes de sueños, Madrid

miércoles, 23 de mayo de 2012

La soledad.

En esos instantes conocí la pura sensación de soledad. Recorriendo andenes, tiendas y pasillos que conocí antes de ser expulsado al desierto de tu ausencia, desde donde, todavía no hace mucho, volamos para construir la casa de nuestros sueños.

Recorriendo recuerdos atropelladamente, hube de henchir mis pulmones y apretar los puños para no caer abatido frente a aquella puerta B31, nuestra pretérita puerta al paraíso. Recordé nuestras discusiones, y el modo en que te soborné aquella vez para verte sonreír de nuevo.

Unas chispas de tristeza estallaron en mis ojos mientras me debatía en duelo frente a una decisión vital. Decidir olvidarte o tratar de seguir así, sin saber qué hacer o dónde ir, viviendo, malviviendo o muriendo en función de ti.

Paseando por los largos corredores casi desiertos de la mano con mi indecisión, tú venías conmigo. Sin saberlo, venías conmigo. Me mirabas, me hablabas… Casi podía olerte. Casi pude robar un beso tuyo.

Mientras tanto, maletas, carritos y niños iban y venían, correteaban joviales y ruidosos a mi alrededor como quien circunda una farola rota, inútil, fuera de lugar, mientras sueñan con felices destinos en territorios de ultramar.

Lo reconozco, en algún momento te maldije. Y maldije el haberte conocido. Pero no me mires así, que no te contraríe mi tono serio. No fue sino causa del dolor insoportable que siento, hijo de esta soledad a la que fui relegado, que me desmigaja canalla el alma y me susurra a cada paso que ya nunca dormirás conmigo, ya nunca despertarás a mi lado.

martes, 22 de mayo de 2012

Franco también trabajó como guionista. He aquí un fragmento de su obra “Raza”, de 1942.

La película titulada Raza, de la que podemos ver un sucinto resumen en este vídeo, está basada en la novela homónima escrita en su día por Franco. Es una buena muestra de lo pobre, simplista y cateto de gran parte del fascismo español: pese a que sí es cierto que logra transmitir los principales ideales del régimen franquista, el valor de la obra no pasa de lo representativo en relación con su contexto histórico. Precisamente es ahí, en la Historia, en el único bastión en el que puede encontrar algún refugio, dado que en cuanto se refiere a propaganda, el arte cinematográfico o el entretenimiento, carece de virtud alguna.

domingo, 20 de mayo de 2012

En un beso sabrás todo lo que he callado.

Cruzando la calle, aquella noche oscura como el recuerdo de tus ojos tristes, iba caminando a casa tras un día agitado, un duro día de aquel año terrible. Desmigajado por la pena, me sorprendió tu llamada y no supe no responder.

Querías verme, dijiste, querías verme.

Tanto ha pasado ya, tan largo semeja ser el camino transitado, que no supe qué decir. La garganta hecha un nudo, los puños agarrotados, y los pies ligeros en la huida. Quizás sea peligroso resbalar por esa ladera de mármol salpicada de recuerdos tenebrosos, retroceder tras tanto paso dado adelante. ¿Volver a caer en un agujero del que cuesta tanto salir? De hecho, ¿acaso es posible salir?

- Cariño, necesito verte, hace tanto ya…

- No lo necesitas, sólo quieres curar tu herida, sentir que no estás sola. No me utilices como un pañuelo, hoy no es mi día, y todo apunta a que mañana tampoco lo será.

- No es cierto, quiero verte. Te echo tanto de menos… ¿Puedes oírlo? Están tocando nuestra canción.

- Puedo oírla. Claro que puedo oírla. La escucho cada mañana al levantarme. Es lo último que escucho antes de dormirme.

Entre el estruendo de ladridos que me gritaban tu ausencia, me pregunté cuál sería el sentido de tu llamada. Tú me insististe, esperabas de mí que me entregase, que fuese a por ti. ¿Por qué?

- No sé qué esperas de mí, si voy no puedo ser tu amigo. Sabes que no lo puedo ser, ya te lo dije. Y si sólo puedo ser tu amigo, prefiero olvidarte.

- No me importa, necesito verte, déjame verte ahora. Por favor.

Al llegar el bar estaba vacío. Entre columnas de humo, tan sólo unas pocas sombras resistían el olor a azufre de la noche agonizante delante de la barra. Allí estabas tú, con tus ojos revoltosos, tu sonrisa pícara y tus aires de Marquesa de Baeza. Nos miramos, nos acercamos, el bar quedó desierto y se templaron las luces.

- ¿Ya no tienes miedo de verme? – Pregunté.

- No lo sé, sólo quería verte, necesitaba verte.

- Sabes que no sé qué esperas de mí. Creo que no debí haber venido.

Sin perdernos de vista, nos dejamos descolgar con la canción más lenta. Las miradas sostenidas en un compás eterno, el corazón acelerado a golpe de tambor, me agarraste de la cintura y mi abrazo te correspondió. Al momento te susurré al oído.

- No suelo dejar que el Señor de la Noche decida por mí, no quisiera que esto se alargara hasta que nazca el día. Si no acabamos ya, no podré controlarme.

Tu silencio fue la respuesta. No dijiste nada, pero tampoco te separaste. No moviste ni un dedo. Nuestros pechos enfrentados parecían hablar un idioma propio. Descubrimos que nuestros cuerpos tenían una conversación más interesante si permanecíamos en silencio. Me apretaste más fuerte y en ese momento quise morir.

- Te echo de menos –dijiste mirándome a los ojos.

¿Qué haces?, me pregunté. ¿Aprovechas la vida o persigues la muerte en vida?, una voz susurraba en mi cabeza. Tembloroso, respondí:

- En un beso sabrás todo lo que he callado.

Como animales salvajes, sin tener en cuenta nada ni a nadie, se vieron con sus cuerpos desnudos en medio de todo y de todos, como un paréntesis en medio de la gris realidad, una laguna de vida entre tanta muerte. Puede que, tras el amanecer, todo pareciera caduco, marchito, que se hubiera estropeado. Pero en ese instante sólo existió el presente, el ahora, el aquí te pillo aquí te amo. Muerto el futuro, merecía la pena que el fin del mundo los pillara amándose.

jueves, 17 de mayo de 2012

We are all neighbors.

A continuación cuelgo este documental, que tras varios años buscándolo conseguí encontrar. Se trata del mejor que he visto sobre la Guerra de los Balcanes: lúcido, tenso, crudo, desgarrador. No versa sobre la guerra que nos enseñó la televisión, con militares, políticos y explosiones por doquier. Muestra lo que hay debajo de toda guerra: tragedias entre personas, familias, amigos. We are all neighbors es un documental grabado desde dentro de las casas, con testimonios en primera persona de vecinos de varios estratos sociales, que arrojan la moraleja de que, efectivamente, con todo lo que nos sucede, con nuestras miserias y con nuestras esperanzas, todos estamos juntos en esto, todos somos vecinos. En aquel año terrible de 1993, comunidades que durante décadas habían compartido experiencias y una historia común comenzaron a matarse entre ellas. El documental logra transmitir la desgarradora angustia de tantas personas que, sin tener nada en contra de sus vecinos, se vieron indefensas ante el ataque de quienes decían luchar en su defensa. Este relato me marcó cuando lo vi por la manera en que refleja  de una de las peores tragedias que ha vivido Europa en el último siglo. Nunca deberá ser olvidada.

miércoles, 16 de mayo de 2012

La patria no se hace, la democracia sí.

Antonio García Trevijano

Publicado en el periódico El Mundo el 21 de febrero de 1994.

A fuerza de no entender la naturaleza íntima de la cuestión nacional, ha llegado a creerse que un conflicto político de orden particular, basado en último término en la diferencia idiomática, puede resolverse con una fórmula indiferenciada de orden general. Sea la solución autonómica o la federal. El prejuicio uniformador del Estado opera como en la dictadura, pero al revés. Antes que admitir el hecho de, y el derecho a, la diferencia política de una comunidad lingüística, ese prejuicio prefiere desconocer, con su grosera generalización de las excepciones, la realidad y la idea histórica de España. El fracaso de la solución autonómica en la amortiguación de las aspiraciones nacionalistas extiende la opinión, más ingenua que perspicaz, de que el conflicto sólo se apaciguará con la administración única en las autonomías o con la división de la soberanía en un Estado federal. Es revelador que esas dos ideas generalizadoras no surjan del nacionalismo lingüístico, y que nadie esté en condiciones de fijar las competencias necesarias para colmar el techo autonómico, o los Estados subnacionales que se precisan para recomponer un Estado federal. ¿Tantos como autonomías? La confusión en este terreno llega a ser tenebrosa.

La raíz de tanto desvarío político se halla en la culpable persistencia cultural del concepto subjetivo y prefascista de nación. Un concepto que Ortega importó del plebiscito diario de Renan, con su bella tontería del «proyecto sugestivo de vida en común», y que José Antonio consagró en su hitleriana «unidad de destino en lo universal». Concepto voluntarista de un hecho existencial, como el de la familia o el paisaje donde nacemos, que lo mismo sirve de pretexto al imperialismo de los «destinos manifiestos», que a la multiplicación de puestos de mando para las élites provincianas capaces de hacer creer que la patria es un lugar que «se hace» y no el nicho histórico donde se nace. La investigación del nacionalismo en la moderna historia comparada ha destruido la hipótesis romántica de la identidad nacional. Y ha probado que la manipulación del sentimiento nacional, en las comunidades lingüísticas reprimidas, sólo es una de las formas políticas, más movilizadora que las basadas en sentimientos de clase, de luchar por el poder en el Estado o frente al Estado. A partir de ahí, sólo disponemos de una regla para medir el carácter progresista o reaccionario de la administración única, la federación o la autodeterminación de las nacionalidades. La regla de la democracia y de los derechos humanos.

Este patrón no coincide necesariamente con el criterio marxista de apoyar la libre determinación de los pueblos con clases dirigentes más avanzadas que las del centro político dominante. Pero antes de mirar la situación del poder autónomo respecto a la democracia, en comparación con la del Estado, debemos dar por descontado que la autodeterminación sólo ha podido realizarse, como hecho y no como derecho, cuando a una tercera potencia internacional le ha convenido. Y si nuestro nacionalismo periférico afirma, como si fuera un derecho natural, que nadie le ha preguntado si quiere estar o no en el Estado español, y bajo qué modalidad, está diciendo una obviedad que podemos repetir al pie de la letra los demás españoles. La pertenencia al Estado de los pueblos que alcanzaron la unidad nacional antes de la revolución francesa no es el resultado voluntario de un pacto entre gobernantes locales, ni de un plebiscito entre gobernados, sino un hecho involuntario de la existencia colectiva que fue históricamente determinado por las luchas de poder en Europa. Pero la forma del Estado, que no es un hecho existencial ni un producto de principios permanentes, puede y debe ser variada para asentar la relación de poder entre los pueblos de España en la democracia, y no, como ahora, en el inestable equilibrio de oligarquías nacionales y locales.

martes, 15 de mayo de 2012

La realidad de los CIES o cómo esconder a los parias de nuestro país.

Los CIEs (Centros de Internamiento de Extranjeros) son lugares que no figuran en los libros sagrados que rigen las normas de funcionamiento de la vida humana. Son la articulación física del limbo, jaulas que no están ni en el cielo ni en la tierra, donde son confinados aquellos sujetos que un día llegaron a España en patera y que ni siquiera son devueltos a sus países. Se les concentra, se les amontona y se espera a que vayan muriendo, ante el silencio mediático y la apatía social, vergonzosa interpretación del ojos que no ven, corazón que no siente. En este vídeo cortito se muestra una introducción a la problemática de los CIEs.

lunes, 14 de mayo de 2012

Te odio.

Te odio.
Odio las canciones de amor
que traen tu recuerdo a mi casa.
Las ganas de verte.
Y odio
el cielo en tu rostro y las dudas
de echarte al olvido o llamarte
para contarte,
qué sé yo,
que sigo existiendo,
que te odio por fin,
que no sé
si el mundo resiste sin ti.
Tanto, tanto, tanto, tanto te odio.
 
Te odio.
Odio la mañana, el café
sin planes, sin ti y en ayunas
perdura tu aroma y lo odio.
Envuelto en papel de colores
te envío bengalas, rencores.
Quizá recuerdes así
que te odio. También tu sonrisa
y la brisa arañando tu piel,
y mi corazón ya de paso.
Tanto, tanto, tanto, tanto lo odio.
 
Este viejo odio
que hiela los jazmines,
ama tu figura aborrecible.
Y así, si te marchas,
quedan los rencores
para recordarme las razones
de por qué me eres imprescindible,
de por qué te extraño aunque me olvides.
 
Te odio.
Odio tu belleza y a mí
me odio al saberme tan lejos
del viejo camino andado
rastreando hadas y cometas,
la estrella prendida en tu pelo.
Maldito lucero. Lo odio.
Odio odiarte tanto,
saber que te encuentras perdida
y la vida me impide encontrarte.
Tanto, tanto, tanto, tanto te odio.
 
Yo odio
perseguir tu rastro,
cansado en este laberinto.
Cual hilo de Ariadna tus huellas
me llevan hasta el dulce tiempo
de besos, promesas. Lo odio.
Soy tan feliz
a tu lado que odio
que ya no estés cerca
y empieza a cansarme este odio.
Quizá si tuviera tus manos
Pero te odio tanto, tanto, tanto, tanto.
 
Este viejo odio
que hiela los jazmines,
ama tu figura aborrecible.
Y así, si te marchas,
quedan los rencores
para recordarme las razones
de por qué me eres imprescindible,
de por qué te extraño aunque me olvides.
Ismael Serrano

domingo, 13 de mayo de 2012

El hilo del teléfono.

Pasan ya tantas noches sin tí. Hoy tampoco pude dormir sin que el recuerdo de tu ausencia tiznara de llanto mis sueños. Desperté agitado, buscándote a tientas, y comprobé que tu fantasma todavía dormía a mi lado, una noche más.

Mirando el techo vestido de entreluz medito, me pregunto si algún día podré dormir una noche entera, del tirón, sin que mi mente estalle en cada amanecer recordándome que esta noche tampoco calentaste mi almohada.

La luz tibia de tu recuerdo me acorrala al borde de la cama, mientras mi corazón acelerado me indica que ya no dormiré más. Enciendo la luz, me resigno a levantarme y abrirme a otro domingo asesino de memorias. De repente, suena el teléfono y eres tú.

Tu voz me confiesa tus matutinos nervios. Más tarde, relajada, reconoces que tú tampoco dormiste esta noche, que son muchos los minutos que pasaste acuchillando estrellas, tratando de aclarar qué esperas del futuro, como quien espera una revelación divina.

¿Por qué me llamas? ¿Qué quieres de mí que no te haya entregado ya? Quizás necesitabas hablarme, escucharme. Como quien precisa una dosis de una droga que calme sus ansias, le alivie el miedo y le devuelva la calma perdida en la tempestad.

Al cabo de los minutos, apoyaste tu cabeza en mi pecho. Transmitía tanto calor que, escuchándome, te quedaste dormida. El hilo del teléfono calló mis rencores, silenció mi grito de dolor, templó mi odio inconsistente. Pude abrazar tu figura, tantas noches extrañada, coloqué tu mejilla sobre mi mano, como hice tantas noches de verano, y contemplé tu estampa durmiente, tan hermosa, tan irresistible. Respiré tu olor una vez más. Entreabriste los ojos y una media sonrisa endulzó tu gesto. En un instante, comprendimos que ya era tarde para tener miedo. Y los dos nos quedamos dormidos.

viernes, 11 de mayo de 2012

Apagar o reiniciar.

La duda acecha. El suelo tiembla a cada paso. Estos adoquines no están bien asentados. El maldito “Plan E” no pasó por aquí.

Demacrado por la indecisión, que se cuela por las grietas de este cuerpo huesudo y las hace estallar en pedazos, busco un pico al que agarrarme y salir a la superficie.

Será por la manía de cuantificar, de fijar, de asegurar. Obsesión humana de luchar contra lo abstracto, lo impreciso o lo variable atribuyéndole una fecha, una cifra o un objeto material que aplaque la incertidumbre.

Me gustaría hoy saber muchas cosas, probablemente inútiles. ¿A qué hora empieza la esperanza? ¿Cuánto mide el engaño –el propio y el ajeno-?

No es posible saberlo. Quizás mejor así. O quizás no. Tal vez sería mejor siendo más como un ordenador. Tal vez entonces pudiera "borrar" y se acabó, para no darle más vueltas. Cerrar la aplicación como una máquina que todo lo decide en función de “sí” y “no”. Quizás así podría saber si es mejor “Apagar” o “Reiniciar”.

12 M –15 M 2012 ¡Toma la calle!

miércoles, 9 de mayo de 2012

Posibilidades

[...] Pero aquella era una vida con entrada de servicio y techos altos, una vida de muchos metros cuadrados, con vistas a un futuro maravilloso pero inalcanzable. Se despidió llorando del vendedor, que insistió en convidarla a un refresco en una cafetería próxima. Allí trató de consolarla, le propuso ir a ver otros pisos sin comprender que no era su precio lo que descorazonaba a Marta, sino la vida tan maravillosa que había imaginado en él, y que quizás ya nunca tendría.

Se enamoraron. Sucedió meses después, una tarde como las otras. Caminaban juntos por el pasillo de una casa y Marta comprendió que podría seguir haciéndolo toda la vida. Imaginó la costumbre a su lado. Imaginó las riñas y los desacuerdos. Imaginó los días de vino y rosas, y la resaca, y las espinas. Y el sol de media tarde, reflejado en la mesa de cristal baja que tendrían, dorando su pelo castaño. E imaginó el sexo con él, desde luego, en el lugar donde una vez hubo una cama grande, de matrimonio. Y le gustó.

Luego se besaron con rutina, como si no hubieran hecho otra cosa en la vida.

Hoy comparten un apartamento interior de dos dormitorios en un barrio de la periferia. Su vida juntos, sin embargo, es una vida soleada, con unas maravillosas vistas a su futuro y cientos de habitaciones, la mayor parte de ellas todavía por descubrir.

Fernando León de Aranoa.

domingo, 6 de mayo de 2012

Amor

Mujer, yo hubiera sido tu hijo, por beberte
la leche de los senos como de un manantial,
por mirarte y sentirte a mi lado, y tenerte
en la risa de oro y la voz de cristal.


Por sentirte en mis venas como Dios en los ríos
y adorarte en los tristes huesos de polvo y cal,
porque tu ser pasara sin pena al lado mío
y saliera en la estrofa limpio de todo mal.


¡Cómo sabría amarte, mujer cómo sabría
amarte, amarte como nadie supo jamás!
Morir y todavía
amarte más.

Y todavía
amarte más.

Pablo Neruda

sábado, 5 de mayo de 2012

Carta de Iñaki Anasagasti a Iñaki Urdangarín.

Cuando Iñaki Urdangarin y Cristina de Borbón se casaron en Barcelona, el lehendakari Ardanza les hizo un buen regalo. La actuación del Orfeón Donostiarra en la vistosa ceremonia de su catedral gótica. El padre del novio era un afiliado del PNV, el joven se llamaba Iñaki, Jose Mari Gerenabarrena era amigo de la familia y todo el mundo estaba encantado. Fue el clásico espectáculo de masas del que nunca supimos su costo, pero como los cuentos de hadas no tienen valor, pues todos les deseamos fueran felices y comieran perdices.

A mí me supuso que me vasquizaran el nombre en el ABC. Bautizado y registrado como Iñaki Mirena, Luis María Ansón la tenía emprendida contra el nombre sabiniano. A raíz de aquella boda, recuperé mi nombre original en el periódico de la derecha española. No tengo pues la menor animadversión contra esta pareja sino mucho respeto y solidaridad hacia los padres del exjugador de balonmano, al que acaban de bautizar como talón-mano.

Con este antecedente la pregunta que uno se hace es cómo un chaval bien parecido, deportista y con una vistosa familia, se haya metido en semejante barrizal que ha destrozado su vida y le ha clavado a la monarquía española un rejón de fuego. ¿Un submarino republicano para dinamitar desde dentro la institución? No parece. ¿Una incursión en los negocios con la misma mentalidad de lo que veía a su alrededor? Quizás esta puede ser la explicación, pues es difícil que haya otra.

Bien es cierto que el estatus de la familia real no está contemplado en la Constitución. No existe. Y tan es así que el heredero solo aparece a efectos sucesorios. Para nada más. Toda esa ridícula parafernalia de reverencias de las señoras, besamanos, lectura de pregones, presidencia de actos de todo tipo, entrega de premios, tiene el mismo valor que si usted con su hijo se ponen a hacer lo mismo, pues ese papel no les está asignado en ningún artículo de la Constitución. En ella solo habla del rey. De nadie más.

De ahí que todas esas presidencias de organismos y de la credibilidad que se le atribuía a sus negocios "pues detrás está la Casa Real", no es más que la evidencia de una corte corrupta, de la idiotez del español a la hora de hacer la pelota a un ciudadano normal y sobre todo de la falta de control político hacia una institución a la que el erario público mantiene porque su acción ha de basarse en la ejemplaridad. ¿Ejemplaridad la de Juan Carlos de Borbón? ¡Vamos hombre!

Yo rompí con todo ese mundo de mentiras a raíz de la guerra de Irak. Hasta entonces habíamos seguido con esa ficción del Pacto con la Corona que jamás percibí, pero tras mantener con el rey un diálogo duro en el que me dijo que él era militar y le gustaban las guerras y yo contestarle que se fuera él y le mandara a su hijo, revisé la Constitución y vi que el artículo 63 le daba un papel como jefe de las Fuerzas Armadas. Y tras negarnos una audiencia a los Grupos de la Cámara, salvo al sumiso Zapatero, en una de las sesiones bajé a la tribuna del hemiciclo del Congreso y denuncié al rey por su pasividad, su falta de coraje, la dejación de sus funciones y su poca personalidad ante un Aznar que se había reunido en las Azores con Bush, Barroso y Blair y quería mandar tropas a una guerra "para sacar a España del rincón de la historia".

Aún recuerdo el abucheo de Rajoy, Acebes, Rato, Mayor Oreja y Arenas. Era la primera vez que desde aquella tribuna Pulgarcito se atrevía a meterse contra Goliat, el gigante de la transición y además desde un partido nacionalista. Eran tiempos de mayoría absoluta de Aznar y en aquella Cámara solo había rodillo y tente tieso.

Tras esto y puestas las cosas en su sitio, me dediqué a preguntar sobre las cacerías con osos borrachos, viajes extraños, gastos inútiles, uso de aviones sin ton ni son, cambio constitucional para que no exista primacía del varón sobre la mujer en la actual y muy machista Constitución española, los Premios Príncipes de Asturias a mayor gloria del heredero, costo de la boda de Felipe y Letizia, presupuesto de la Casa Real, papel del rey el 23-F, y cosas así.

El Gobierno jamás me contestó. Respondían con dos líneas diciendo que el rey es irresponsable, es decir, no responde ni ante los jueces, ni ante Dios, ni ante la historia y que haría mejor en condenar a ETA. Curiosamente los más beligerantes eran los socialistas a los que todo esto les incomodaba y dejaba patente su poco respeto al republicanismo de su historia. ¿Y en casa? "Cosas de Iñaki". Pero a la gente le gustaba que se fuera contra este abuso continuo de poder.

Pero no eran cosas mías. Independientemente de que el rey Juan Carlos está ahí porque nos lo dejó un dictador cruel y sanguinario y él jamás ha condenado aquella dictadura sino se ha beneficiado de ella, e independientemente de que en la Constitución se metiera de matute la monarquía parlamentaria, sin referéndum como hubo en Italia, la actual Jefatura del Estado no puede ser irresponsable ante la ley y no puede usar fondos públicos sin que haya un ojo público para vigilar sus gastos. Y estas evidencias no pueden ser "cosas de Iñaki" sino de algo tan simple como la salud democrática de un país. Yo no soy el Peñafiel vasco como alguno ha querido describirme para anular mis denuncias, sino un parlamentario que tiene la obligación de controlar al gobierno y a ser posible, a la Jefatura de un Estado, que permite se viva en la corrupción mientras se le orla con el premio a la virtud.

Mi denuncia fue la única y la primera. Luego vino Tardá, de ERC, y ahora IU, pero a efectos de notaría, fue el PNV, porque yo hablaba en nombre del PNV, quien puso el dedo en la llaga. Que Amaiur tome el dato.

A raíz de toda esta tormenta, la editorial La Esfera de los Libros me pidió en 2007 que escribiera un libro con mis experiencias en este campo. Y lo hice y titulé Una monarquía protegida por la censura. En ella hablaba de mis vivencias con ese mundo de ficción, desde dentro del sistema, y denunciaba los negocios de Iñaki Urdangarín desde la página 101 a 104 en el capítulo La Familia sí recibe. Pero a mí no me recibieron. Torpemente la editorial envió el libro a la Casa Real y esta negó su publicación. Pero al poco el libro se editó. Lo hizo Javier Ortiz pero la sordina que le pusieron como para escribir otro libro con lo que había supuesto superar aquella carrera de obstáculos.

Curiosamente, el libro se publicó un año después de que la pareja y sus niños fueran enviados a Washington en 2006, nombrándole al duque de Palma consejero de Telefónica. ¿No sabían en qué negocios andaba el yerno? Por supuesto. Pero el rey quiso encubrirle sacándolo de circulación. Y el encubrimiento es un delito tipificado en el Código Penal. Pero el rey es "irresponsable".

Cuando nadie sabe el presupuesto exacto de la Casa del Rey, cuando nadie controla sus gastos como ocurre con otras monarquías, cuando el rey recibe regalos de todo tipo y no pasan a la contabilidad del Patrimonio del Estado, cuando la opacidad es total y los medios aplauden semejante corrupción. Cuando primeros coches, primeras motos, comisiones de jeques petrolíferos han hecho de Juan Carlos de Borbón uno de los hombres más ricos de Europa, cuando nada de todo esto se podía investigar, llegó a semejante patio de monipodio un chaval al que lisonjearon, reverenciaron, tentaron y el hombre y su gentil esposa cayeron en el pozo hasta el punto que incluso metieron a sus hijos menores en empresas y enjuagues impropios de una familia respetable. Se creían inmunes, impunes y protegidos por la censura y la bobaliconería de la Villa y corte. Y eso es, para mí, lo que ha pasado. Porque en La Zarzuela si alguien se atrevía a decir algo, seguramente responderían: "Cosas de Iñaki". Pero de Iñaki Urdangarin, duque de Palma.

La pregunta es: ¿por qué Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina, socia en todo este montaje, no están todavía imputados si ya lo está Diego Torre, el socio y los responsables de la Ciudad de las Artes y de las Ciencias de Valencia que firmaron esos contratos con esa ONG con ánimo de lucro? Me imagino que en el PP Trillo, y la Casa Real, estarán metiendo horas extras para tratar de salvar algún mueble que otro, sobre todo, a la infanta.

Lo malo es que quien creó el microclima para que esto sucediera seguirá ahí felicitando las Pascuas en su mensaje de Navidad, como si nada hubiera ocurrido. Pero quien de verdad está desnudo, es el propio rey. No solo su yerno y su hija. Y quien está tocada de verdad, es esta monarquía heredera de un dictador.

Iñaki Anasagasti

viernes, 4 de mayo de 2012

The Galaxy song.

Canción que aparece en una de las principales películas de los Monty Python: El Sentido de la Vida.

Disfrutar hoy, 30 años después de su creación, de este tipo de películas, capaces de mezclar política, filosofía o historia de un modo tan inteligente y humorístico, da que pensar. Algo debemos estar haciendo mal para que logros de esta magnitud (ciñéndonos al ámbito cinematográfico, entre las décadas de los 70 y 80 podemos encontrar joyas únicas) no encuentren en la actualidad sus sucesores naturales. Tenemos el capital cultural, el capital humano, pero falta algo: ¿Genios?

jueves, 3 de mayo de 2012

Pisa suavemente.

Had I the heavens' embroidered cloths,
enwrought with golden and silver light,
the blue and the dim and the dark cloths
of night and light and the half-light,
I would spread the cloths under your feet.
But I, being poor, have only my dreams;
I have spread my dreams under your feet;
Tread softly because you tread on my dreams.

[Si tuvieran los mantos bordados del cielo,
tejidos del oro y la plata de la luz,
los mantos azules, oscuros y negros del cielo
de la noche, de la luz y la media luz,
desplegaría los mantos bajo tus pies.
Pero yo, siendo pobre, no tengo más que mis sueños.
He desplegado mis sueños bajo tus pies;
pisa suavemente… porque pisas mis sueños.]

W.B.YEATS

[Vídeo obtenido de 84 Charing Cross Road]